Un escenario de caídas en los mercados de valores es una situación negativa que genera pérdidas a los inversores, pero hay opciones que permiten aprovechar las bajadas para sacar beneficio.
Una de ellas, es la operativa con posiciones cortas en Bolsa, también denominada como operar en corto con valores, que ha sido criticada por su impacto en la evolución de las acciones de algunas compañías en renta variable en los últimos años. Es uno de los mecanismos de inversión más utilizados por los hedge funds, los fondos de inversión más agresivos, también llamados de inversión libre.
Esta estrategia se basa en la venta de acciones, que previamente pide prestados a un tercero. Posteriormente, los vende en el mercado ante la previsión de que las acciones de la empresa caigan en el mercado. Cuando se ha producido la caída, las vuelve a comprar más baratas y las devuelve a su titular. La diferencia entre el precio de venta y el de compra es el beneficio que obtenemos. El prestamista cobra una comisión o tasa al inversor por prestar las acciones.
De esta forma, y a diferencia de otros productos como los fondos de inversión un inversor puede aprovechar un escenario previsiblemente bajista para lograr beneficios si el precio de los títulos desciende.
La operativa en corto podemos realizarla sobre acciones o divisas, por ejemplo. Además, hay inversores que utilizan esta estrategia de inversión como mecanismo de cobertura de una posición larga o alcista. No obstante, las pérdidas que podemos sufrir son, en teoría, ilimitadas. A la inversa de las operaciones tradicionales, donde el límite de los descensos es que las acciones valgan cero, la posibilidad de revalorización es prácticamente infinita. Un inversor que tenga una posición corta en un valor puede acotar tanto las posibles ganancias como las pérdidas. De esta forma, puede decidir recomprar automáticamente los títulos cuando desciendan hasta cierto nivel (denominado “stop”), mientras que puede reducir el riesgo de sufrir un mal retorno de la inversión fijando un límite de subida a las acciones.
Además, también debemos ser capaces de prever la reacción del resto de los inversores, que puede ir completamente en contra de nuestras previsiones. En algunos casos, el mercado detecta que determinada compañía tiene un gran interés para los bajistas. Como consecuencia, un gran porcentaje de sus acciones disponibles están siendo operadas en corto, y el resto de los inversores intenta hacer subir el precio de la acción. Esto puede obligar a aquellos que tienen posiciones cortas en el valor a “cubrir” o recomprar las acciones antes de que el precio sea demasiado alto. Esta operativa ejerce cierto control sobre el precio de las acciones antes de que una gran cantidad de movimientos cause pérdidas más grandes a los inversores.
En definitiva, la operativa con posiciones cortas es recomendable para inversores experimentados o profesionales. El perfil de riesgo es muy elevado y puede generar pérdidas ilimitadas.