Este tipo de ofertas están destinadas a aquellos que quieren que la rentabilidad de su inversión sea algo seguro, como si una póliza cubriera los riesgos con sus coberturas. Con esto, tienen la tranquilidad de que van a recibir una cantidad determinada de rentabilidad para su ahorro.
Estos seguros, nos dan la posibilidad de que, una vez vencido el plazo para el que se establecieron, podamos retirar la aportación inicial y, en su caso, las extraordinarias, además de la cantidad que sume la rentabilidad. Algunos de ellos, incluso, permiten el retiro anticipado, que, generalmente, lleva aparejada una penalización en la rentabilidad.
En este tipo de inversión la rentabilidad obtenida se va acumulando al capital inicial, por lo que no existen abonos de rentabilidad periódicos, pasando a desembolsarse la cantidad total a la finalización del tiempo contratado para el producto. Por lo que hemos de tener en cuenta que no podremos disponer del dinero hasta que finalice el plazo, con la excepción, antes mencionada, de rescatarlo con una penalización.
Respecto a los seguros que garantizan el ahorro y la inversión, en función de la compañía con la que los contratemos, pueden dar la opción al inversor de realizar aportaciones periódicas de capital o, por el contrario, realizar un pago único al principio:
- Aportación periódica. Se realizan mensualmente, trimestralmente, semestralmente o una vez al año.
- Prima única. Se ingresa todo el capital de una vez al inicio, como si fuera cualquier otro tipo de productos de plazo fijo.
En cuanto a la recuperación del dinero invertido:
- Mientras se liquidan los rendimientos obtenidos por cada periodo, la compañía comunica al inversor el valor que tiene el rescate de la póliza. Es decir, la cuantía de capital que se encuentra garantizado y cuál es la cantidad a abonar por la compañía si se quisiera rescatar el dinero invertido.
- Hay posibilidad de reducir o detener las aportaciones periódicas, sin que ello paralice la póliza.
Contratar este tipo de productos no da lugar a deducciones en el IRPF y su rendimiento está considerado rendimientos del capital mobiliario. Por lo que habremos de pagar la tributación correspondiente, en función de la cantidad obtenida y la base imponible del ahorro. Los seguros que garantizan el ahorro y la inversión existen y podemos contratarlos, tanto en bancos como en compañías aseguradoras que dispongan de tales productos. Destacan por el hecho de pactar una rentabilidad y un plazo determinado, durante el cual el cliente se compromete a mantener el dinero sin retirarlo.