Actualmente, a la vista de las negras previsiones sobre el sistema público de pensiones, muchas personas comienzan a plantearse la necesidad de contratar un plan de pensiones para complementar la pensión de jubilación. La creciente demanda de estos productos ha provocado que la oferta sea cada vez más amplia y variada. Por eso, antes de lanzarse al vacío, es conveniente saber cómo elegir un plan de pensiones que satisfaga nuestras necesidades y se adecue a nuestras posibilidades.
Cómo elegir un plan de pensiones
Contar con asesoramiento experto
Podrá también aconsejarnos sobre la manera de repartir el ahorro entre planes de distinta categoría (renta fija, renta variable o mixta) y no a concentrarlo en un solo plan, para diversificar la inversión a fin de correr menos riesgos y obtener mejores rendimientos.
Prestar atención a la rentabilidad
Hay que analizar las rentabilidades medias históricas y no hacer mucho caso de los plazos cortos de tiempo, sino fijarse en cómo se comporta el plan en periodos superiores a cinco años, cuando ya se puede tener una idea bastante aproximada de la calidad del plan, y mejor aún a los diez años.
Tener en cuenta las comisiones
Las comisiones de los planes de pensiones están limitadas por ley y son de dos clases: de gestión y de depósito. La comisión de gestión es la retribución a la tarea del gestor y debe estar en consonancia con esa labor. Dependerá, por tanto, del tipo de plan y del riesgo que asuma, es decir, un mayor riesgo requerirá más diligencia del gestor y, por lo tanto, una comisión mayor. Como referencia, la comisión de gestión media de los planes se sitúa en torno al 1,3 por ciento.
No perder de vista la finalidad de plan
Empezar el ahorro cuanto antes
Si se ha empezado de joven, se puede optar por fondos de mayor riesgo que serán más rentables. En cambio, cuanto más cerca se está de la jubilación, es decir, del rescate del plan, menor es el riesgo que se deberá asumir.
Para cada etapa de la vida existe un plan que debería modificarse a medida que esta vaya transcurriendo. Sería absurdo mantener a los 60 años el mismo plan que se tenía a los 40 porque el nivel de riesgo no es el mismo a una edad que a otra.
La inversión no debe ser estática. En este caso, lo mejor sería cambiar de plan, al igual que debería ocurrir si el plan, independientemente de su clase o de la edad del inversor, no se comporta como lo que se esperaba de él. Es fácil hacerlo y sin coste fiscal alguno.
¿Qué sucede si no hemos sabido elegir un plan de pensiones?
Para evitar esto, tanto si eres una persona previsora como si tu jubilación ya está próxima, tienes la posibilidad de contratar alguno de los Planes de Previsión Asegurado MAPFRE, que además de adaptarse a tus necesidades, te aseguran rentabilidad a su vencimiento.