Los últimos estudios llevados a cabo por las compañías de seguros ratifican que muchas aseguradoras aplican determinadas primas o ponen limitaciones en las indemnizaciones cuando el conductor es mayor. Sin embargo, no es la única discriminación. Existen casos más graves, por ejemplo, los de las compañías que se niegan, sin otro motivo más que la edad, a asegurar a personas mayores de 72 años. Se trata de una cuestión puramente mercantilista y que margina a este sector de población, considerándolos clientes “non gratos” para la suscripción de cualquiera de sus productos.
Esta discriminación no solo se produce en el caso de los seguros de coche; en el de los seguros contra accidentes, la cuestión va aún más allá. La mayor parte de las aseguradoras consideran que el mayor es un “minusválido potencial” y que por cualquier motivo (un bache en la acera, un escalón sorpresivo, unas escaleras mal iluminadas, etc.) va a tropezar, se va a caer y, puede llegar a producirse lesiones como la rotura de una cadera, un fémur, la pelvis o el tobillo. A esto, hay que sumarle la lenta recuperación a la que se enfrentan el mayor, e incluso a una posible invalidez, daños considerables e incluso la muerte…
Estos hechos han propiciado que las Organizaciones de Mayores, sobre todo, aquellas que trabajan con Voluntarios Mayores (sean éstos sociales, culturales, educativos, medioambientales, etc.) se hayan encontrado con una realidad que consideran desagradable y ofensiva, que puede incluso llegar a ir contra la propia Constitución. De hecho, se han llegado a constatar casos en los que las compañías de seguros se niegan a suscribir pólizas de accidente y fallecimiento a Voluntarios Mayores de setenta años de edad en el desempeño de su altruista tarea como voluntario en favor de otras personas necesitadas.
Tras arduas investigaciones, se ha comprobado que existe alguna que otra compañía, sobre todo las especializadas en ONGs y movimientos asociativos que sí que aseguran “de facto” a todos los mayores voluntarios, sin límite de edad, contra posibles accidentes en el desempeño de su desinteresada labor.