Dentro de las enfermedades óseas, la osteoporosis es la más habitual especialmente en el caso de las mujeres mayores de 50 años. Los huesos de las afectadas se vuelven más frágiles y propensos a las roturas, es fácil deducir cómo afecta la osteoporosis a las rutinas diarias de los pacientes que ven limitada su actividad y movilidad.
La osteoporosis no suele presentar síntomas antes de la primera rotura, es decir, los afectados suelen descubrir que sufren de osteoporosis cuando ya han sufrido una o varias fracturas continuas de alguno de sus huesos. A partir del diagnóstico, los pacientes descubren cómo afecta la osteoporosis a las rutinas diarias, aunque todo depende del tipo de vida, la edad del paciente y el grado de la enfermedad.
La falta de calcio y el componente genético son las principales causas de este trastorno, se calcula que 1 de cada 3 mujeres de más de 50 años sufre esta patología que hace que los huesos se rompan con facilidad. La falta de calcio o la mala asimilación del mismo provoca que los huesos no se regeneren por lo que se vuelven delicados y susceptibles a los traumas.
El miedo a sufrir una rotura limita considerablemente la vida de los pacientes de osteoporosis que además deben llevar una dieta especial, rica en calcio, apoyo farmacológico y ejercicio físico recomendado para esta patología.
Entre las fracturas de hueso que sufren con facilidad las mujeres que tienen osteoporosis, la de cadera es, sin duda, la más grave y que soporta una tasa más alta de mortalidad, y graves complicaciones. Son también comunes las roturas de muñecas y vértebras.
A pesar de los cuidados, las fracturas se producen de forma accidental o como consecuencia de cualquier caída o incluso pequeño trauma; lo que obliga a los enfermos de osteoporosis, a padecer largas etapas de incapacidad motora, es como afecta la osteoporosis a las rutinas diarias, las fracturas limitan seriamente la movilidad y el desarrollo de las rutinas diarias.
Los pacientes de osteoporosis ven alterada su vida social y laboral, muchos de ellos, aún en edad activa, tienen que asumir las consecuencias de una incapacidad parcial o total. En estos momentos, contar con el respaldo de un plan de pensiones es crucial para afrontar con seguridad y tranquilidad esta nueva etapa de la vida, sobrevenida de forma inesperada y anticipada por la osteoporosis.