Son diferentes los motivos que llevan a las empresas a cotizar en bolsa, aunque a grandes rasgos destaca el hecho de conseguir una posición más competitiva en el sector. Cuando una compañía ofrece sus acciones al mercado bursátil, de cara a la sociedad, inversores, clientes y proveedores presenta una imagen de mayor solvencia, reconocimiento y confianza. También hay que destacar que cotizar en bolsa supone obtener un mayor beneficio a través de las inversiones que realizan terceras personas.
Requisitos de las empresas que cotizan en bolsa
Para que un negocio pueda cotizar sus acciones en bolsa es necesario que se trate de una sociedad anónima abierta que esté inscrita en el Registro de Valores. Además, las empresas que cotizan en bolsa deben cumplir algunas condiciones formales y económicas:
- Para entrar en la bolsa es preciso realizar una petición formal de admisión ante las sociedades rectoras de las bolsas en las que exista interés por formar parte.
- La compañía debe superar un proceso de análisis y verificación por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores que impone el cumplimiento de ciertos requerimientos.
- Es necesario entregar una serie de documentos acreditativos, como son los estatutos de la empresa, los acuerdos sociales de emisión, una auditoría de cuentas y un folleto informativo sobre la operación.
- Desde el punto de vista económico, las empresas que quieran cotizar en bolsa deben contar con un capital mínimo de 1.200.000 euros. Es obligatorio que esta cuantía esté repartida entre al menos 100 accionistas, pero ninguno de ellos puede tener participaciones que superen el 25% del capital social.
- Del mismo modo, los beneficios de los dos últimos años deben ser tales que permitan repartir un dividendo del 6% respecto del capital sufragado.
¿Por qué hay que empresas que no cotizan en bolsa?
Aun reuniendo las condiciones anteriores, existen grandes empresas que han decidido no entrar en bolsa. Aunque son múltiples las ventajas que ofrece el mercado bursátil a un negocio, sobre todo a nivel de rentabilidad y de credibilidad, algunas compañías prefieren no formar parte de esta burbuja.
Uno de los factores que explica este tipo de casos hace referencia a aquellas situaciones en las que los propios propietarios controlan la gran parte de las acciones y por lo tanto, realizan una gestión total sobre sus activos. Por norma general se trata de compañías que comenzaron desde el núcleo familiar, las cuales han ido creciendo sin ninguna inversión por parte de personas ajenas.
Entre aquellas empresas que no cotizan en bolsa también se encuentran las que son suficientemente fuertes y por lo tanto, no necesitan capital para seguir desarrollando sus funciones.
Además de saber cuáles son las sociedades que pueden cotizar en bolsa, no hay que perder de vista al usuario particular. La inversión en este tipo de mercados puede reportar beneficios importantes, aunque si el objetivo es conseguir un ahorro sin asumir demasiados riesgos, los planes de pensiones se presentan como la opción más acertada.