En otras palabras, este concepto se define como el conjunto de características que definen a un inversor según una serie de parámetros. Entre ellos se encuentran la mayor o menor tolerancia al riesgo, la edad, el periodo de tiempo en el que se van a realizar las inversiones, los objetivos de rentabilidad, los ingresos y el patrimonio personal, los conocimientos financieros, etc.
¿Por qué se debe conocer el perfil de inversión personal?
Por otro lado, es importante considerar que la clasificación de los distintos perfiles de inversión no es exacta. En algunos casos, un tipo de inversor puede encajar perfectamente en una categoría, aunque lo más habitual es que en función de las particularidades de los usuarios sea necesario buscar un encuadre en diferentes perfiles.
Así, es bastante común encontrar inversores conservadores que optan por mantener una estrategia sin riesgos, pero que de manera puntual destinan parte de su capital a instrumentos más inciertos.
Asimismo, las necesidades de los inversores suelen ir cambiando con el paso del tiempo, sin olvidar que los mercados también están sujetos a continuos vaivenes. Estos dos factores son la causa de que el perfil de inversión varíe con el transcurso de los años.
Principales tipos de perfiles de inversión
- Perfil de inversión conservador: en esta categoría se encuentran quienes no están dispuestos a perder su dinero, por lo que su exposición al riesgo es mínima. En estos casos, el capital se invierte en instrumentos que ofrecen una alta estabilidad, sobre todo activos de renta fija. Esto implica obtener una rentabilidad inferior a cambio de disfrutar de una seguridad total y por ello, es una de las estrategias más recomendadas para ahorrar a largo plazo.
- Perfil de inversión moderado: este tipo de inversionista se caracteriza por ser precavido, pero a pesar de ello, está dispuesto a asumir un cierto grado de riesgo con el objetivo de incrementar sus beneficios. Este perfil busca fundamentalmente encontrar un equilibrio entre rentabilidad y seguridad. Por ello, la mayor parte del capital se invierte en activos de renta fija y el resto en otros productos más arriesgados. Con esta estrategia, el inversor acepta que la rentabilidad pueda ser negativa durante un tiempo y dentro de unos límites aceptables. Al igual que en el caso anterior, este tipo de inversión es adecuada para un periodo a largo plazo con el objetivo de poder recuperar las posibles pérdidas.
- Perfil de inversión agresivo: este tipo de perfil está dispuesto a asumir el riesgo que sea preciso a cambio de obtener el mayor beneficio posible. Los inversores más aventurados suelen ser jóvenes que cuentan con altos ingresos y solvencia económica. Para adoptar esta actitud es recomendable conocer de antemano todas las consecuencias, ya que la mayor parte del capital se suele invertir en bolsa en estos casos.