La jubilación se presenta como una etapa deseada de la vida, un tiempo para disfrutar donde las obligaciones laborales han desaparecido y se cuenta con una gran cantidad de tiempo libre y de ocio. Sin embargo, los expertos alertan del aumento de los casos de depresión entre el colectivo de personas jubiladas. El voluntariado como opción tras la jubilación, reúne una serie de características que lo hacen ser una solución muy válida y recomendada, no sólo en el caso de personas jubiladas y deprimidas, sino en cualquier caso.
Entre las bondades del voluntariado como opción tras la jubilación, los expertos señalan:
- Sentirse útil, ayudando a los demás y socialmente válido. El voluntariado permite al jubilado no sólo sentirse útil, sino ser socialmente válido y responsable. La persona que valoraba su trabajo como aportación a la sociedad, ahora descubre el voluntariado como una alternativa igualmente gratificante.
- Aporta una rutina de horarios y responsabilidades, similares a las que se tenían en la etapa activa laboralmente. Según los expertos, esto es muy útil en algunos casos de personas jubiladas que al perder las rutinas laborales se siente deprimidas y perdidas.
- Actividad física y mental. Los beneficios para la salud, especialmente en edades avanzadas, de mantenerse activo física y mentalmente están comprobados.
- Si se busca una actividad de voluntariado, relacionada con la profesión, la persona jubilada verá el voluntariado como una continuidad de su carrera profesional. Lo que resulta altamente positivo, según los terapeutas.
- Relaciones sociales. La soledad es uno de los miedos más comunes en las personas mayores. El formar parte de un grupo de voluntariado facilita el mantenimiento, e incluso el incremento, de las relaciones sociales; además, permite al jubilado la relación con diferentes grupos de edad y no sólo con semejantes.
Las actividades y trabajos de voluntariado, no obstante, han de cumplir una serie de requisitos para ser una opción saludable para las personas jubiladas:
- Buscar actividades y trabajos de voluntariado que sean compatibles con el estado de salud de la persona.
- El trabajo de voluntariado debe adaptarse a las capacidades físicas, psíquicas y emocionales del jubilado.
- La edad, así como los gustos y aficiones del voluntario, también tiene que tenerse en cuenta al elegirse el voluntariado adecuado.
- Aunque el voluntariado exige una responsabilidad, es necesario que en el caso de personas jubiladas esta sea limitada y siempre dentro de lo posible, flexible para poder adaptarse a la disponibilidad real de la persona jubilada.
El voluntariado como opción tras la jubilación, da respuesta a gran parte de los trastornos de salud que se presentan en esta etapa de la vida y que junto con los problemas económicos son las principales preocupaciones manifestadas por las personas antes y durante la jubilación. Un plan de pensiones, por su parte, cubre de forma segura y ventajosa las necesidades económicas, con lo que el jubilado puede disfrutar de una jubilación saludable y plena, lejos de perturbaciones de ningún tipo.