En cuanto a las instalaciones, debes saber que puedes desgravar los gastos relacionados con el inmueble, es decir, desde los gastos que suponga su compra o de la hipoteca, así como los costes del alquiler, dependiendo de cuál sea tu situación. Además, si al comienzo de la actividad o durante la misma necesitas realizar alguna reforma o incluir maquinaria nueva también podrás deducirte el coste de las mismas.
En el mismo sentido, los gastos de suministro también podrás deducirlos, es decir, las facturas de la compañía de teléfono, incluyendo los móviles que utilices para el desempeño de tu trabajo; el agua, el gas o la electricidad, entre otros.
El material para trabajar, en este caso, libretas, bolígrafos que necesites, así como los uniformes de tus empleados, siempre que se demuestre que son para el uso exclusivo de este trabajo o el merchandising que se les ofrece a los clientes, como tarjetas del negocio o calendarios, también debes tenerlos en cuenta si te preguntas qué desgravar si tienes un restaurante.
Por otro lado, si tu restaurante cuenta, por ejemplo, con un servicio de reparto a domicilio, podrás desgravar el coste de adquisición del vehículo destinado exclusivamente a desempeñar esta labor, al igual que la gasolina o los costes de reparación del mismo.
Ten en cuenta que debes poder demostrar que todos estos gastos han tenido lugar para desempeñar la actividad, por lo que debes guardar todas las facturas o comprobantes para que puedas presentarlas en caso de inspección.
Ante la cuestión qué desgravar si tienes un restaurante recordamos que las cantidades aportadas relacionadas con el seguro médico de tus trabajadores también podrás deducirlas. En este sentido, es importante destacar la importancia de contar con pólizas para empresas de servicios ya que, ante los siniestros incluidos en sus condiciones, ofrecen coberturas y garantías que te protegerán ante los riesgos que tengan lugar durante su desarrollo.