El primer paso es saber qué potencia tienes contratada. Es bastante frecuente pagar por energía que realmente no necesitas. Para ello, puedes realizar un cálculo aproximado y consultar con la empresa suministradora para ajustar la potencia que tienes contratada a tus necesidades, y reducir, si es posible, la cuota final.
Por otro lado, puedes estudiar las posibilidades que te ofrecen tus instalaciones. Si cuentas con abundante luz natural, puedes orientar los puestos de trabajo a ésta o amoldar los horarios de los trabajadores para que puedan aprovecharla. Si no es posible, y es imprescindible utilizar luz artificial, puedes sustituir los tubos fluorescentes por lámparas de bajo consumo o LED que, aunque tienen un precio mayor que las bombillas tradicionales, a la larga te van a permitir ahorrar en la factura de la luz de tu oficina.
El uso del aire acondicionado o de la calefacción en la oficina suelen ser uno de los factores más significativos en el aumento de la factura de la luz. Y es que una pequeña variación en los grados puede suponer un aumento considerable del precio. En este sentido, es recomendable verificar que no se están produciendo escapes y, además, puedes instalar sistemas de encendido y apagado para que se apaguen automáticamente en los momentos en los que los trabajadores no se encuentren en la oficina.
En cuanto a los interruptores, es habitual dejar luces encendidas en estancias en las que no es necesario, o que existan luces continuas en pasillos con poco tránsito. Puedes reducir la factura de la luz a través de interruptores de encendido y apagado por zonas o mediante detectores de presencia, que sólo se encienden cuando hay alguien en la estancia.
El ordenador es una de las herramientas más numerosas en muchas empresas pero si no se usan de forma correcta pueden aumentar considerablemente el consumo. Es posible reducir su consumo apagando el ordenador si no se va a utilizar en más de una hora, usar la opción de suspender en paradas de menos de treinta minutos o la opción de hibernar para paradas largas pero en las que no queremos cerrar todos los documentos en los que estemos trabajando. Además,apagar la pantalla cuando no estamos usando el ordenador o bajar el brillo de la misma son otras formas de reducir el consumo.
Que se cumplan muchas de estas acciones va a depender de la colaboración de los empleados, por lo que es muy importante que sean conscientes de que unos buenos hábitos en la oficina, como dejarlo todo apagado cuando abandonan las instalaciones, o desenchufar todos aquellos elementos que no van a utilizar durante un largo periodo de tiempo, como escáneres o faxes, entre otros, van a permitir que puedas ahorrar en la factura de la luz de tu oficina.
Seguro que todas estas recomendaciones te sirven para ahorrar algo mas a lo largo del año. Y recuerda que para que tu comercio esté totalmente cubierto durante todo el año, dispones de los Seguros para Comercios de MAPFRE.