A tu perra, que no ha sido esterilizada, de repente le cambia el humor. Es frecuente verla letárgica, a veces vomita. Su peso ha cambiado e, incluso, sus mamas parecen haber aumentado de tamaño. Aunque tú sepas claramente que no se ha cruzado con ningún perro, todo parece indicar que está embarazada… y puede que lo esté, aunque no del labrador guaperas de tu vecino, sino que puede que esté pasando por un embarazo psicológico en perros.
Y es que el embarazo psicológico, llamado pseudociesis, no es un fenómeno reservado únicamente a las personas, sino que puede aparecer en casi todos los mamíferos fértiles y se debe a una irregularidad hormonal.
Comprender mejor el embarazo psicológico en perras nos ayuda a resolver la situación con menos ansiedad para ella y para nosotros. Los síntomas son fáciles de identificar, ya que se corresponden con los embarazos reales.
Pueden mostrarse en un abanico de cambios físicos y de comportamiento. Ya sean de peso (nuestra perra puede haber visto aumentado su apetito, o haberlo perdido por completo). Su abdomen crecerá para hacer hueco a los cachorros imaginarios. Sus glándulas mamarias también crecerán y podrán secretar fluidos acuosos o incluso leche.
Las náuseas son también comunes, e incluso puede parecer que va a parir en casos agudos. Los cambios en comportamiento se dan a veces, y nuestra perra puede parecer más agresiva o mucho más dependiente y falta de cariño; a veces, algunas perras cuidan de objetos (peluches, zapatos) como si fueran sus propios cachorros.
Lógicamente, todos estos síntomas generan mucho estrés, tanto físico como mental, en nuestra perra que se puede ver confusa por los cambios que le están ocurriendo, y traducirse en una pérdida de la energía en general. Es frecuente que las perras con pseudociesis duerman mucho más de lo normal.
El embarazo psicológico se produce por cambios hormonales que se originan durante el celo de nuestra perra. En este ciclo, los niveles de progesterona aumentan considerablemente hasta el fin del celo. Una vez acabados, se reducen y se da paso a la producción de otra hormona: la prolactina.
Un exceso de prolactina puede producir los cambios fisiológicos que lleven a creer a nuestra perra que está embarazada y generar los comportamientos de una futura madre. La pseudociesis no es una condición rara, y suele ocurrir de 4 a 6 semanas después de su celo. Para determinar si el embarazo es real o no, es importante vigilar a nuestra perra durante su celo, para evitar que un perro se cruce con ella.
Normalmente los casos se suelen resolver en dos o tres semanas, en las cuales es importante no estimular sus glándulas mamarias (no cubrirlas para evitar las secreciones). Si además vemos que se las lame constantemente, ponerle un collar para evitarlo puede ser la mejor opción.
Si los síntomas persisten, lo mejor es ir al veterinario, que le puede recetar medicamentos como la Bromocriptina, que hace que se detenga la lactancia. Sin embargo, uno de los efectos secundarios más comunes del Parlodel o Sandox (sus nombres comerciales) son vómitos, y se han dado casos de abortos en animales embarazados, así que se debe usar con cuidado y siempre recetado por el veterinario.
Una vez haya pasado un mes de su recuperación, lo mejor es esterilizar a la perra para evitar que se vuelva a presentar la condición. Además, es lo más responsable que se puede hacer para evitar que haya más perros abandonados en las calles.
Recuerda que con los Seguros de Mascotas MAPFRE, las visitas al veterinario están incluidas en la póliza, ya sea en uno de sus centros concertados o en el de tu elección. Así, podrás llevar a tu perra, esté embarazada o no, todas las veces que lo necesite.