¿Qué ha pasado de un tiempo a esta parte para que las bicicletas eléctricas tengan que defender su posición frente a un duro competidor? Los patinetes eléctricos se están convirtiendo de forma progresiva en un medio de transporte preferente para ir al trabajo o realizar cualquier otro desplazamiento dentro de las ciudades. Su comodidad, practicidad, rapidez, ligereza, autonomía y fácil conducción son características que están consiguiendo que cada vez más personas se decanten por esta opción.
Aunque hace algún tiempo los patinetes eléctricos únicamente se utilizaban como juguete por los más pequeños, en la actualidad constituyen una alternativa de transporte 100% sostenible para los adultos. Con la irrupción de este vehículo, no sólo las bicicletas eléctricas pierden posiciones, sino que los coches, las motos y los transportes públicos también pueden ver reducido su uso en los trayectos cortos.
Principales diferencias
En comparación con las bicicletas, aunque sean eléctricas, en un patinete no es necesario realizar ningún esfuerzo físico y por ello probablemente está consiguiendo convertirse en un gran protagonista urbano. Otro de sus puntos fuertes es su reducido tamaño y la posibilidad de plegarse que ofrecen casi todos los modelos, lo que permite transportarlo y guardarlo en casa cómodamente.
El precio de un patinete eléctrico puede oscilar entre 300 y más de 1.500 euros. Sin embargo, su mantenimiento apenas supone ningún coste, ya que se recarga en muy poco tiempo, consumiendo así una cantidad mínima de electricidad. En función de la marca, es posible encontrar patinetes eléctricos que alcanzan más de 20 km/h y que permiten recorrer distancias de hasta 25 kilómetros de forma autónoma.
Normativa los Vehículos de Movilidad Personal (VPM)
Según la Dirección General de Tráfico, los patinetes eléctricos se consideran vehículos de movilidad personal (VMP), por lo que no entrarían dentro del conjunto de vehículos de motor. Según la legislación, para moverse con estos patinetes no es preciso tener el carnet de conducir ni suscribir un seguro. Sin embargo, al igual que es recomendable contar con un seguro para bicicletas, si se utiliza normalmente el patinete, también es recomendable disponer de un seguro de patinete eléctrico con cobertura de responsabilidad civil en caso de accidente.
Debido a que todavía no está demasiado extendido el uso de los patinetes eléctricos, existe un cierto vacío legal, quedando delegada la responsabilidad de legislar en este sentido en los ayuntamientos de cada localidad.
No obstante, las ciudades que no dispongan de ninguna normativa al respecto deben regirse por el Reglamento General de Circulación que establece lo siguiente: “los que utilicen monopatines, patines o aparatos similares no podrán circular por la calzada, salvo que se trate de zonas, vías o partes de éstas que les estén especialmente destinadas, y sólo podrán circular a paso de persona por las aceras o por las calles residenciales debidamente señalizadas con la señal regulada en el artículo 159, sin que en ningún caso se permita que sean arrastrados por otros vehículos”. Esta norma a su vez, también especifica que se puede circular por el arcén en determinadas situaciones.
Los nuevos carriles bici de muchas ciudades están permitiendo que por estos espacios transcurran bicicletas y patinetes eléctricos, aunque todavía es necesario que se aprueben reglamentos específicos para regular el uso de estos vehículos. Algunas de las ciudades que ya han dado un paso al frente en este sentido son Barcelona, Lugo o Granada