Aprender a montar en bici, al igual que aprender a nadar, es uno de los hitos más importantes en la vida de un niño. Esto no sólo significa que está creciendo, sino que además ya puede realizar este tipo de ejercicios que entrañan cierta dificultad por sí solos.
A la hora de comprar la primera bicicleta para los más pequeños, una de las principales preocupaciones que surgen es que sea algo segura para evitar daños graves en caso de caída, así como también que sea sencilla de manejar para que puedan tomar el control lo antes posible. En la actualidad, las bicis para niños sin pedales han relegado a un segundo plano a las de ruedines, ya que las primeras facilitan el aprendizaje de montar en bici de una forma mucho más natural.
Ventajas de las bicis sin pedales frente a las de ruedines
Las bicicletas sin pedales o también conocidas como bicicletas de equilibrio son una solución fácil para que los niños se inicien en el mundo del ciclismo. Este modelo constituye una forma más efectiva para que los pequeños de 2 o 3 años se familiaricen con las dos ruedas. En general se pueden utilizar desde que el niño empiece a caminar con seguridad.
El funcionamiento de las bicis para niños sin pedales respecto a las de ruedines es muy sencillo, ya que el pequeño sólo tiene que sentarse en el sillín y comenzar a mover los pies para impulsarse o frenar. El resto de maniobras se realiza igual gracias a un manillar con el que se dirige la marcha.
Es probable que el niño vaya más despacio al principio pero, a medida que va ganando confianza, aprenderá a desplazarse mucho más rápido sin necesidad de tocar el suelo. Las bicicletas sin pedales permiten que aprendan a mantener el equilibro de forma progresiva y con total naturalidad, y que además tomen conciencia de cómo influyen sus movimientos en el desplazamiento de la bici.
Esto permite que cuando el niño tenga una edad para pasar a las bicicletas de dos ruedas con pedales, el proceso para moverse en ellas sea mucho más rápido y sencillo. Dado que ya ha aprendido a estar sentado en la bici manteniendo el equilibrio, el único paso que tendrá que interiorizar será el de mover los pedales.
Además, otra ventaja de las bicis para niños sin pedales respecto a las que incorporan ruedines es su ligereza. Esto no sólo favorece que el pequeño se pueda impulsar más fácilmente, sino que los padres también pueden transportarla sin ningún esfuerzo.
Consejos para cuando los niños aprenden a montar en bici
- Es necesario colocar siempre el casco a los niños, incluso cuando creamos que el trayecto que van a realizar en bici no entraña ningún peligro.
- Aunque siempre hay que estar atentos a sus movimientos, conviene dejarles cierta libertad para que ellos mismos vayan aprendiendo cómo responde la bicicleta según el movimiento que realicen.
- En caso de producirse alguna caída, lo más recomendable es actuar con normalidad e intentar quitar dramatismo a la situación. Animaremos a que el niño se vuelva a levantar para continuar con su ejercicio.
- El proceso de aprender a montar en bici, ya sea con ruedines o sin pedales, es una buena oportunidad para enseñar al pequeño algunos conceptos básicos de seguridad vial.
Como ya hemos visto, las bicis con ruedines, al igual que los triciclos o las motos de juguete, no resultan tan efectivas como las que no incluyen pedales. Con este vehículo, el pequeño aprenderá la base para manejarse a la perfección y con total seguridad con una bicicleta para adultos cuando llegue el momento.