Las bicicletas fixie, también conocidas como de piñón fijo, siempre han destacado por su simplicidad en la mecánica, así como por ser sumamente ligeras y veloces. Su funcionamiento es muy sencillo, ya que este modelo cuenta solo con una marcha a través de la cual el piñón va girando al mismo tiempo que los pedales y la cadena. Aparte de ello, la principal particularidad de este modelo es la ausencia de frenos manuales; para frenar es preciso ejercer resistencia sobre los pedales, aunque cada vez es más habitual encontrarse con algunas marcas que incorporan un freno delantero.
Después de su aparición en el año 1880, las bicis fixie estuvieron abocadas a desparecer, pero su estética fue el principal reclamo para un grupo de usuarios que comenzaron a utilizarlas como medio de transporte para desplazarse por la ciudad, sobre todo en Nueva York, Londres y otras. No obstante, más allá de representar un icono moderno, existe un debate a su alrededor que cuestiona su legalidad fundamentalmente desde el punto de vista de la seguridad vial.
¿Son legales las bicicletas fixie?
En España, para que una bicicleta pueda circular por la vía pública es necesario atender al Reglamento General de Vehículos. En esta norma se establece que “los ciclos, para poder circular, deberán disponer de: un sistema adecuado de frenado que actúe sobre las ruedas delanteras y traseras, y un timbre, prohibiéndose el empleo de otro aparato acústico distinto de aquél”.
Teniendo en cuenta la simplicidad de las bicis fixie y que no incorporan un freno como tal, basándose en la ley que regula los desplazamientos, esta forma de desplazarse roza el terreno de lo ilegal. Pese a ello, su estructura no supone precisamente un riesgo para la seguridad vial, ya que la bicicleta se puede detener realizando el movimiento que se conoce como contrapedal que actúa sobre la rueda trasera que es la motriz en estos casos.
Además, el anterior reglamento también especifica que “para circular de noche por tramos de vías señalizados con la señal de «túnel» o cuando existan condiciones meteorológicas o ambientales que disminuyan sensiblemente la visibilidad, los ciclos, exceptuando las bicicletas, deberán disponer de: luz de posición delantera y trasera, catadióptricos traseros y laterales no triangulares, y catadióptricos en los pedales”. Por lo tanto, si la bicicleta no incluye estos elementos imprescindibles de serie, para ajustarse a la legalidad es necesario adquirirlos siempre teniendo en cuenta que están homologados.
Considerando estos puntos, puede decirse que las bicis fixie no son legales debido a que no cumplen al pie de la letra lo que refleja la ley. Asimismo, para desplazarse en una de estas bicicletas con total seguridad es crucial contar con una experiencia aventajada en el pedaleo, sobre todo en lo que respecta al frenado para evitar los accidentes y las caídas durante los desplazamientos.
Ventajas de las bicicletas fixie
A pesar de que la seguridad de las bicis fixie se pone en entredicho, estos modelos presentan un amplio listado de ventajas. Gracias a su sencillez, una de las más importantes es el mínimo mantenimiento que necesitan. Para muchos usuarios, constituye la opción perfecta para moverse por ciudad, sobre todo cuando el terreno es llano y se trata de un trayecto corto debido a que la velocidad que se puede llegar a alcanzar es superior que en una bici convencional.
Las bicicletas fixie también ofrecen una mayor libertad de movimientos, pudiéndose desplazar hacia delante como es obvio y atrás simplemente moviendo los pedales hacia esa dirección. Asimismo, moverse de esta forma exige una mejora de la técnica y un mayor equilibrio, sin olvidar el desarrollo de la concentración, los reflejos y la capacidad de reacción.