Desgraciadamente, los robos están a la orden del día y los ladrones son capaces de adueñarse de cualquier objeto. En la actualidad, los hurtos de bicicletas se han incrementado debido al mayor número de personas que utilizan este medio de transporte para moverse a diario. Tanto es así que 1 de cada 5 usuarios debe enfrentarse a la situación de intentar recuperar su bici robada. Por ello, la contratación de un seguro con cobertura de robo es una opción totalmente recomendable para recibir una indemnización por el valor que corresponda según la antigüedad.
Hay que tener en cuenta que, a la hora de reclamar al seguro de la bicicleta por robo, por norma general, es preciso presentar la factura de compra. Este documento es de gran importancia, ya que sirve para justificar que el usuario es el propietario e indica el valor de la misma. En el caso de que la adquisición se produzca entre particulares en el mercado de segunda mano, también se debe pedir una nota donde quede constancia de la transacción. De esta forma también se acredita que no se trata de una bicicleta sustraída ilegítimamente.
Obligaciones del asegurado en caso de robo de la bicicleta
En las condiciones legales de los seguros para bicicletas se suele especificar que el asegurado está obligado a comunicar a las autoridades competentes la sustracción de la bici y posteriormente, remitir una copia de la denuncia a la aseguradora. Junto a ello, el usuario también debe facilitar alguna prueba de la propiedad de la bicicleta y del candado homologado o de seguridad correspondiente.
Como hemos comentado antes, la factura de compra es el documento básico para reclamar al seguro la indemnización por robo de la bici. Sin embargo, es bastante frecuente perder o tirar a la basura este papel sin ser consciente de la importancia que tiene en determinadas situaciones. Puede darse el caso de que la póliza no cubra la pérdida de la bicicleta si no se presenta el ticket, aunque existen otras formas de justificar que el usuario es el dueño, siempre que éstas sean aceptadas por la compañía aseguradora.
Si la factura no existe, el asegurado tiene la posibilidad de notificar el número de serie de la bici. Normalmente está situado en la parte baja del cuadro, concretamente en el lateral del tubo vertical, y conviene anotarlo en un lugar seguro en el momento en el que se realiza la compra. Esta combinación de números no solo sirve para justificar la propiedad de cara al seguro, sino que es muy útil para demostrar que se es el dueño en el supuesto de que se encuentre después del robo.
Por otro lado, las fotografías de la bici también pueden servir como documento para acreditar la posesión. Lo más recomendable es incluir en la misma algún accesorio o elemento que aporte una total personalización para despejar al máximo las dudas sobre la propiedad.
En caso de que la compañía acepte alguno de estos comprobantes que no son la factura de compra, el asegurado debe tener en cuenta que, si la bicicleta aparece antes de transcurridos 30 días, no procede la compensación económica, sino que la recupera. Si este mismo hecho se produce pasado dicho plazo y cuando ya se ha abonado la indemnización, el usuario puede elegir entre la cuantía ofrecida o volver a pedalear en su bici.