Las ruedas de las bicicletas están formadas por diferentes componentes: el neumático que está en contacto con el suelo, la cámara de aire que se integra en el interior del neumático, la llanta sobre la que se coloca la cámara de aire, el buje central y los radios que conectan el elemento anterior con la llanta. En algunos modelos especiales de ruedas, la llanta y el neumático van unidos y por lo tanto no existe la cámara de aire, aunque lo más común es el primer sistema que hemos comentado.
Al igual que en otros vehículos, también es necesario elegir un tipo de rueda adecuado al modelo de bici, así como a la persona que vaya a conducirla y el terreno por el que mayormente se vaya a circular. Por lo tanto, antes de decantarse por un neumático de bicicleta es imprescindible conocer sus ventajas e inconvenientes en función del uso.
Ruedas para cada tipo de bicicleta
A nivel general, la mayoría de las bicis de uso común tienen ruedas de 36 radios, aunque cada vez tienen una mayor presencia las que montan neumáticos de 32 radios, ya que se caracterizan por una mayor ligereza. En el caso de que la bicicleta se utilice como medio de transporte de objetos, lo más habitual es que sus ruedas oscilen entre 40 y 48 radios.
Además, las ruedas de bicicleta también se clasifican en dos tipos: de carretera y de montaña. Las primeras son más ligeras y finas, y los neumáticos que incluye son estrechos para facilitar el rodaje sobre el asfalto. Por su parte, las de montaña son más anchas y robustas para ofrecer un mayor agarre a las irregularidades del terreno. Aunque las ruedas de carretera puedan parecer frágiles, lo cierto es que ambos modelos ofrecen plenas garantías de seguridad y comodidad.
Los neumáticos de bicicleta de carretera deben tener un peso, anchura y presión adecuados. En concreto, la anchura debe ser de 18 en el caso de recorrer pistas muy lisas, 22 para circular por carreteras convencionales o 25 cuando se busca una mayor comodidad.
En cuanto a las ruedas de bicicleta de montaña es fundamental elegir el neumático idóneo para que la práctica de este deporte no implique ningún riesgo. En este sentido es preciso tener en cuenta que nunca se deben utilizar las ruedas de carretera en una zona montañosa. En función de las características del terreno es necesario elegir unos neumáticos con mayor o menor taqueado para campos difíciles o caminos accesibles respectivamente. Lo mismo ocurre con la anchura de la rueda para tener más o menos agarre según la accidentalidad del suelo.
Al hablar de los diferentes tipos de ruedas de bicicleta no podemos olvidar las de ciudad. Para desplazarse por el entorno urbano, lo más aconsejable es elegir un neumático casi liso que aporte ligereza a los desplazamientos y al mismo tiempo pueda despejar el agua fácilmente durante los días de lluvia. Es muy importante que las ruedas estén bien infladas según las indicaciones del fabricante para rodar con menos esfuerzo y alcanzar una mayor velocidad.
Como vemos, no existe una rueda de bicicleta que sea apta para todos los modelos y situaciones. Es conveniente tomar la decisión teniendo en cuento el mayor uso que tendrá la bici o en su caso, decantarse por un tipo intermedio que se adapte a diferentes terrenos.
