Como ya sabemos, uno de los requisitos imprescindibles para circular con un vehículo es disponer de un seguro básico que incluya, como mínimo, la responsabilidad civil obligatoria en relación a las lesiones y los daños materiales provocados a terceros. A partir de ahí, es posible suscribir otras pólizas más completas que se adapten a la perfección al perfil del conductor y las características del coche. En este sentido te explicamos cómo funciona el seguro a terceros.
A diferencia de los seguros de coche a todo riesgo, la modalidad de seguro de coche a terceros contempla una serie de coberturas que se pueden calificar como más sencillas pero que al mismo tiempo ofrecen la protección que el usuario necesita. Además, como veremos a continuación, en la mayoría de los casos existe la posibilidad de ampliar un seguro de coche terceros básico suscribiendo otros servicios adicionales con el fin de tener cualquier riesgo bajo control.
¿Cuáles son las coberturas habituales del seguro a terceros?
Casi todas las pólizas de este tipo suelen incluir las siguientes coberturas básicas, aunque pueden existir algunas diferencias en función de la compañía aseguradora. Por ello, antes de firmar el contrato es importante leer la letra pequeña y decantarse por la oferta que sea más completa.
- Responsabilidad civil: gracias a esta garantía quedan cubiertos los daños personales y materiales que se puedan causar a terceras personas como consecuencia de un accidente donde el asegurado sea el responsable. Esta cobertura también protege a los ocupantes del resto de coches, así como al conductor y sus acompañantes. Uno de los aspectos más importantes para saber cómo funciona el seguro a terceros es el relativo a la ampliación de la cuantía asegurada respecto a una póliza básica, que por norma general se incrementa hasta 50.000.000 euros.
- Asistencia en viaje: lo ideal es que este amparo cubra al coche y a todos sus ocupantes en caso de accidente, avería o robo desde el kilómetro cero, tanto en desplazamientos nacionales como fuera.
- Acontecimientos extraordinarios: los seguros a terceros también suelen incluir la reclamación al Consorcio de Compensación de Seguros por los daños materiales que sufra el vehículo como consecuencia de catástrofes naturales, terrorismo o actuaciones de las Fuerzas Armadas y los Cuerpos de Seguridad del Estado.
- Defensa jurídica: gracias a esta cobertura, el asegurado está protegido frente a los gastos que se derivan de los asuntos procesales.
- Seguro del conductor: los seguros a terceros básicos incluyen indemnización por fallecimiento, invalidez permanente y asistencia sanitaria al asegurado, entre otros servicios relacionados con el bienestar del conductor después de un accidente grave.
¿Cómo funciona un seguro a terceros ampliado?
Además de contratar las coberturas básicas de la póliza anterior, los conductores tienen la posibilidad de ampliar las garantías para disfrutar de una mayor protección. Por ello, generalmente un seguro a terceros ampliado incluye lo siguiente:
- Rotura de parabrisas y lunas.
- Incendio del coche, tanto por fuego como por un cortocircuito o combustión.
- Responsabilidad civil para los turismos particulares que lleven un remolque o caravana. Los objetos transportados por el vehículo también quedan cubiertos.
- De forma opcional, en algunas pólizas es posible incluir los daños por atropello de animales cinegéticos.
A grandes rasgos, los seguros a terceros están diseñados para vehículos que ya han cumplido tres o más años y, por lo tanto, no se consideran nuevos. No obstante, esto no significa que el coche cuente con una menor protección, sino que como hemos visto, la póliza se puede ampliar hasta alcanzar incluso las garantías que ofrecen muchos seguros a todo riesgo básicos.