En la actualidad, en España hay ubicados casi 2.400 radares repartidos por toda la red de carreteras, entre los que se encuentran fijos, móviles y de tramo. Esta cifra se incrementa con otros dispositivos de control durante las fechas más críticas del año, como por ejemplo las operaciones salida y retorno de vacaciones.
Además de conducir con precaución, también es conveniente informarse sobre los distintos tipos de sanciones y la cuantía, así como la retirada de puntos. Aunque normalmente estos dispositivos funcionan con una rigurosa precisión, existe la posibilidad de recurrir una multa de radar para evitar el pago si no se está de acuerdo con la misma.
Procedimiento para recurrir una multa de radar
- El primer paso para recurrir una multa de velocidad con plenas garantías es examinar con detalle la denuncia que llega al domicilio. En este sentido es primordial comprobar el día y la hora en la que se cometió la infracción, así como la velocidad a la que se circulaba y que la matrícula se vea correctamente en la imagen. Si alguno de estos puntos es incorrecto, se puede iniciar el proceso de recurso.
- Durante los 20 días naturales posteriores a la recepción de la sanción se debe presentar un escrito de alegaciones ante la Administración que haya remitido la misma. En este documento es importante que quede reflejado la negación de los hechos en base a una serie de pruebas que justifiquen la oposición. En este momento también es imprescindible solicitar la homologación del radar que garantice que el mismo ha realizado una medición correcta.
- Una vez presentada la apelación, una de las opciones es que la Administración desestime el escrito. En este caso, es posible dar un paso más en el procedimiento para recurrir una multa de radar y exponer un recurso de reposición para que el organismo vuelva a valorar los hechos y reconsidere su decisión hacia una estimación.
- Otra alternativa para evitar pagar la sanción consiste en alegar algún defecto de forma de la multa, como por ejemplo que fuera notificada fuera de plazo o que exista algún error en la notificación.
Si ninguna de estas alternativas da resultado, lo más recomendable es abonar la multa para evitar posibles recargos en el futuro. No obstante, es posible continuar con el procedimiento y acudir a la vía contencioso – administrativa, donde será necesario asistir a un juicio y asumir los costes de un abogado más el abono de las tasas del caso.
En ciertas ocasiones, recurrir una multa de radar puede convertirse en una tarea complicada.
No obstante, para obtener el mejor resultado en esta gestión es aconsejable acudir al servicio de defensa en multas de tráfico que ofrecen los Seguros de Coche de MAPFRE. De esta forma, un grupo de profesionales se encarga de definir con precisión los motivos por los cuales la multa no es correcta, así como de gestionar todo el caso.