A la hora de comprar un coche es preciso analizar todos los aspectos que influirán en su mantenimiento. En esta decisión no sólo hay que tener en cuenta el precio de adquisición, sino que a lo largo de su vida útil será necesario sufragar una serie de gastos fijos y otros variables. Entre éstos últimos se encuentran las visitas al taller mecánico para la puesta a punto del vehículo cada cierto tiempo.
Centrándonos en las revisiones periódicas del coche, el precio de la factura varía fundamentalmente en función del modelo y del centro al que acudamos. Si se trata del mantenimiento del coche que ya hemos realizado en otras ocasiones, podemos hacernos una idea aproximada del coste pero cuando es necesario solventar una avería imprevista, es posible que nuestro bolsillo sufra más de lo habitual.
Más allá del precio del vehículo, junto al seguro del coche y el combustible, las reparaciones suponen una de las partidas más importantes a lo largo del año en cuanto al cuidado del vehículo, sin olvidar el cambio de neumáticos, de líquidos u otro tipo de revisiones.
Gastos fijos y variables en la factura de un taller
Al igual que en cualquier otro servicio, en las facturas que emite cualquier taller mecánico se incluyen una serie de gastos fijos, como puede ser el precio de la mano de obra, y otros que varían en función del trabajo solicitado.
Los costes relativos a las piezas y otros productos que se añaden al coche dependerán de la reparación o revisión que se realice que por norma general incluyen un suplemento para poder sufragar todos los costes imprescindibles para el funcionamiento del taller mecánico. Aunque en estos gastos variables pueden existir algunas diferencias entre unos centros y otros, quizás la mayor controversia se produce al tratar los gastos fijos. En este punto se contempla el precio de la mano de obra por horas, donde es posible incluir un sobrecoste que infle considerablemente la factura final.
Para entender esta práctica es necesario tener en cuenta que el taller a su vez también tiene que costear una serie de gastos fijos derivados de su actividad, como por ejemplo el alquiler del local, el pago a los empleados, la adquisición y renovación de herramientas y maquinaria, el consumo de electricidad, etc.
Consejos para evitar engaños con los gastos fijos y otros aspectos
Debido a que los talleres mecánicos son uno de los establecimientos que más quejas reciben por parte de los usuarios, para evitar problemas en el caso de acudir por primera vez a un centro es recomendable seguir estas recomendaciones:
- Solicitar un presupuesto previamente para valorar si el precio que nos piden por el trabajo concreto se ajusta a nuestro bolsillo y a la media del mercado.
- Cerciorarse de que el taller mecánico cumple con los requisitos legales en cuanto a registro y especialización.
- Ya se trate de los precios fijos o de otros, los centros mecánicos siempre deben tener a la vista un listado de sus tarifas.
- Un aspecto que aporta confianza a los clientes es el hecho de que el establecimiento cuente con un cartel con los derechos de los usuarios en relación a poner una hoja de reclamaciones o a la forma de pago.
- Siempre que sea posible, es aconsejable acudir a los talleres concertados, sobre todo durante el tiempo de vigencia de la garantía.
- Al dejar el coche en el taller, no olvides firmar el resguardo de depósito por duplicado, ya que una copia es para el cliente y otra para el centro. Este documento sirve como justificante para reclamar un posible robo o cualquier incidencia relacionada con el número de kilómetros.
- En el momento de pagar, es necesario que el taller remita una factura por escrito con el sello del centro. De esta forma es posible comprobar el desglose de cada punto, ya sea mano de obra, piezas, horas de trabajo, etc.