Hoy en día, la mayoría vivimos, trabajamos y nos movemos en ciudades con una alta densidad de población. En esas grandes urbes, el transporte público urbano como el tren, el metro y los autobuses pueden cubrir grandes áreas metropolitanas y conectar cada ciudad prácticamente de punta a punta.
Por eso, en 1987 nació un nuevo concepto de circulación, que tenía mucho que ver con la movilidad de las ciudades. El carsharing consiste en el alquiler de un vehículo por horas para un uso muy ocasional: un traslado esporádico, una compra con carga, un desplazamiento largo que implique mucho tiempo invertido en transporte público…
Las razones de su éxito, ya que está presente en 600 ciudades y tiene casi un millón de usuarios, son, además de económicas, ecológicas. Por eso también han surgido iniciativas para compartir coche alquilando no el vehículo completo sino solo una plaza para viajar, como en el caso de Blablacar.
Cuantos menos coches “comprados” haya, menos emisiones habrá. Porque además de fomentar la economía colaborativa, floreciente tras una época de recesión económica, estamos ante una generación de jóvenes concienciados con el cuidado del Medio Ambiente. Seamos sinceros: hay grandes ventajas de compartir coche.
Pero el carsharing aún podía ser más responsable. Por ello, dos iniciativas han surgido para teñir de verde esta nueva fórmula de movilidad en las grandes ciudades. Son Car2Go y Emov, que de momento operan con sus coches eléctricos solo en Madrid, pero que planean su expansión a otras ciudades españolas desde este 2017.
Car2Go y Emov: iniciativas con futuro
Emov aterrizó en Madrid en diciembre de 2016, pero al igual que con Car2go, hay razones para pensar que a estas plataformas les queda mucha vida por delante. ¿Razones?
- Inicio del proceso con Smartphone: Basta con bajarse una aplicación, validar el Documento Nacional de Identidad y acreditar el Carnet de Conducir.
- Capilaridad: Hay más de 500 vehículos repartidos por la ciudad y la compañía se encarga de redistribuirlos si se han concentrado muchos en la misma zona. Así, solo hay que localizar el más próximo, reservarlo e ir por él.
- Cultura del respeto: No solo al Medio Ambiente, sino al usuario que va detrás. Por eso, se recomienda limpiar el interior del coche al finalizar el servicio y, cuando entras en el coche por primera vez, valorar el nivel de limpieza del usuario anterior.
- Comodidad: Se paga con tarjeta y no hace falta entregar el vehículo con la batería cargada.
- Sin sorpresas: Hay tarifas estipuladas por minuto, por día completo o por superar los 50 kilómetros recorridos.
¿Superará Emov a Car2go?
Los seguros para usuarios de carsharing
Si nos preguntamos si sus trayectos están cubiertos por un seguro, la respuesta es sí. Pero con matices.
Así, ambos tienen un seguro de coche a todo riesgo con franquicia de 500 euros, pero mientras en Car2go significa que los daños personales del conductor no estarían cubiertos, ni contemplada indemnización alguna por muerte o invalidez, sí están cubiertos los daños personales en Emov.
Respecto a la franquicia, para ambas compañías, si hay un accidente, existe una avería o un pinchazo, u ocurre cualquier percance por culpa del conductor (usuario), éste podrá pagar hasta 500 euros. En cualquier caso, la conducción de un vehículo eléctrico logra un 90% de satisfacción entre sus conductores. Una razón para sumarse a las tendencias ecológicas de conducción.