Aunque la palabra tumba es la que está más extendida y se suele utilizar para nombrar cualquier sitio donde se entierra a los difuntos, a cada espacio le corresponde un término distinto. A pesar de que este tema suele generar bastante intranquilidad a nivel general, conviene saber la diferencia entre un nicho y una tumba para poder decidir dónde queremos ser enterrados cuando llegue el momento de abandonar el mundo terrenal.
– Tumba: se trata de un espacio que se excava en el suelo y que permite albergar a una o varias personas que por norma general pertenecen a una misma familia. Debido a problemas de extensión en los cementerios actuales, las tumbas están tendiendo a desaparecer.
– Nicho: a diferencia de la tumba, el nicho es una cavidad que se encuentra en la estructura de un muro. Tiene forma rectangular o cuadrada y se encuentra pegado a otros. Normalmente, el espacio de un nicho sólo puede contener un solo finado y está diseñado para que se cierre por delante con una pared de ladrillo.
Aunque existen diferencias entre un nicho y una tumba, en ambos espacios se pueden depositar los féretros o las cenizas de la persona fallecida, si la opción elegida hubiera sido la incineración en este último caso.
Recomendaciones para decidir entre nicho o tumba
- El primer consejo es conocer exactamente la diferencia entre estos dos conceptos, ya que si antes no se ha tenido contacto con un entierro, pueden surgir algunas dudas.
- Es importante saber que tanto los nichos como las tumbas pertenecen a la administración pública local y por ello, conviene informarse sobre las tarifas y los requisitos que establece cada municipio para poder disponer de uno de estos espacios de enterramiento durante el tiempo que dure la concesión.
- Muchas funerarias también ofrecen un servicio de compra de nichos después de que un familiar haya sido enterrado en el mismo. Es recomendable analizar si interesa tener un nicho en propiedad de cara al futuro.
- En el caso de que se tenga contratado un seguro de decesos, por norma general este tipo de pólizas suelen ofrecer entre sus coberturas cualquier posibilidad de enterramiento, ya sea en nicho o en tumba. De esta forma, se puede planificar el servicio funerario según las preferencias personales y las costumbres locales del lugar donde resida el asegurado.
- Cuando la diferencia entre nicho o tumba conlleva a decantarse por uno u otra, también es importante elegir el cementerio donde se realiza la inhumación. Así, aunque una persona que vive en una determinada localidad tiene derecho a ser enterrada en la misma, debido a problemas de espacio, cada vez son más habituales los cementerios que dan servicio a varios municipios y que se encuentran en uno de ellos o en las afueras.
- Antes de decantarse por un nicho o una tumba, conviene valorar antes si es preferible enterrar o incinerar. La segunda opción se presenta como la vía más práctica cuando la familia no cuenta con un título de sepultura en propiedad. Este trámite debe ser gestionado por el ayuntamiento de cada localidad y conviene tenerlo resuelto antes de que se produzca el fallecimiento para poder tomar la decisión con más tranquilidad.
- No hay que olvidar asimismo, que para poder enterrar a alguien en una sepultura de una única sección donde ya descansa otra persona, es necesario que hayan transcurrido dos años desde la muerte de esta última.
