Según apuntan los expertos en psicología, no existen soluciones mágicas para superar la muerte de un ser querido. Cada persona reacciona de un modo diferente ante este tipo de situaciones y utiliza sus propios mecanismos para intentar sobrellevar el dolor.
El paso del tiempo suele ser el denominador común que permite a la mayoría de las personas recuperarse de la pérdida, aunque puede llegar a meses o años. Junto a ello, existen una serie de consejos a nivel general que se pueden tomar como ayuda en cualquier supuesto de duelo.
Busca ayuda profesional
Contar con el apoyo y los consejos de un profesional para superar la muerte de un ser querido es algo esencial. Los seguros de decesos ofrecen una cobertura de ayuda psicológica a la que pueden acceder los familiares del fallecido en el momento que lo necesiten.
A través de este servicio, la compañía aseguradora pone a disposición de los hijos, padres y hermanos del asegurado fallecido la ayuda profesional precisa. Gracias a este apoyo es posible superar el duelo de una forma más sencilla y segura, minimizando multitud de problemas y sufrimientos.
Fundamentalmente, el servicio de atención psicológica de las pólizas de decesos se ofrece cuando el fallecimiento es consecuencia de un accidente, cuando sobreviven asegurados menores de edad o en el caso de que el fallecido sea un niño. En estos supuestos, un grupo de profesionales se encargan de ofrecer la asistencia precisa tanto antes del sepelio como en el lugar de inhumación o fallecimiento.
Tiempo para superar la muerte de un familiar
Cada persona afectada tiene que darse el tiempo necesario para superar la muerte de un ser querido. En este proceso no hay cabida para las prisas ni los agobios. Según diferentes estudios, el tiempo es una de las principales herramientas para superar este tipo de traumas.
Habla y desahógate
Los psicólogos hacen un especial hincapié en que el desahogo a través de la palabra es una de las formas más efectivas para superar graves traumas. Por ello, en estos casos también se recomienda participar en grupos de apoyo o en sesiones particulares con individuos que hayan pasado por el mismo proceso.
Tener momentos de soledad y calma
Nuevos estímulos y nueva rutina
En un plano diferente, se trata de incorporar la realidad a la vida diaria y construir con ella una nueva rutina. Al final es una situación distinta en la que es conveniente buscar nuevos estímulos vitales o recuperar los que se tenían antes del hecho fatídico si se tienen las fuerzas suficientes para hacerlo.