Según datos de la OCU de octubre 2021, publicados en su página web, un servicio funerario cuesta entre 3.000 y 5.000 euros, en función de los elementos del servicio, calidades y localidades. Si, además, sumamos los costes de traslado nacional, puede superar fácilmente los 5.000 euros por fallecido, y si el traslado es desde otro país, más de 10.000 euros por fallecido.
Qué gastos tiene un entierro
Si saber cuánto vale un entierro en total es interesante, también lo es conocer el precio y las partidas principales que engloban este presupuesto:
- Administración, documentación, tasas y demás certificados oficiales suelen costar unos 150 euros.
- Tanatorio. El precio de este servicio depende mucho de extras, tiempo y de la ciudad, pero ningún estudio rebaja de 600 euros su coste.
- Traslados. Coche fúnebre. Una asistencia imprescindible en cualquier caso y cuyo precio ronda los 500 euros.
- Ataúd. Otro gasto que no puede evitarse al organizar un entierro; pero en el que, sin embargo, se cuenta con una amplísima horquilla de precios según modas y calidades. El precio medio reconocido por las organizaciones de usuarios y consumidores es de 750 euros.
- Cementerio. Nichos, tumbas, panteones… todo depende del lugar que se elija para enterrar, pero esta partida oscila entre los 900 y los 1800 euros como media.
- Detalles o accesorios: flores, esquelas o recordatorios. No son imprescindible, pero la tradición tiene mucho peso en un entierro por lo que es necesario contar con más gastos en este sentido.
Este sencillo y básico repaso por las principales partidas que incluye un presupuesto para un entierro, deja claro que son muchos los trámites, detalles y servicios que hay que organizar, buscar y contratar para organizar un sepelio. Pero además, pone de manifiesto el coste económico que supone.
Saber cuánto vale un entierro es un punto de partida útil para valorar en su justa medida la contratación de un seguro de decesos. Teniendo en cuenta la situación emocional en que familiares y amigos se encuentran, es fácil imaginar lo práctico y satisfactorio que resulta contar con un seguro de decesos que se ocupe tanto de la organización como del pago. Además, es especialmente valorable la cobertura de apoyo familiar y emocional que muchas compañías incluyen entre los servicios de este tipo de pólizas.