Su orientación (vertical, horizontal, escalonada…), su diseño (bordes definidos o desgastados), su profundidad y su ubicación son factores clave a la hora de evaluar su gravedad. Pero, como decimos, en estos casos hay que acudir a un experto (un arquitecto técnico) que analice el alcance del problema y adopte las medidas necesarias para solucionarlas.
Hay situaciones en las que se pueden hacer determinados arreglos (y otros en los que es mejor no hacer nada), por eso es bueno contar con un seguro, y hacer revisiones periódicas de nuestro hogar para evitar que pequeñas grietas vayan a más.
Cuándo y cómo arreglar grietas en la pared
Es importante vigilar durante un tiempo la evolución de las grietas, ya que puede ser el aviso de un daño estructural serio y muy peligroso. Hay dos tipos:
- Fisuras: pequeñas rajas sobre el material que reviste la pared (pintura y cemento) cuya anchura es como la punta de un alfiler. Suelen aparecer por un mal enfoscado, pintura mal aplicada, yeso muerto, etc. No ponen en peligro la estabilidad de la estructura y su reparación es muy sencilla: basta con picar la zona, aplicar un nuevo revestimiento y volver a pintar.
- Grietas: son aberturas más profundas causadas por las vibraciones del suelo, el movimiento de tierras y por desgaste natural de los materiales.
En el caso de las grietas, antes de repararlas hay que avisar a un profesional para que las revise y confirme que no se trata de un agrietamiento peligroso, ya que si se tapan antes de analizarse puede dar lugar a conclusiones erróneas.
Cómo tapar grietas en la pared
Hay que fijarse sobre qué superficie se ha producido la grieta (hormigón, yeso, ladrillo, piedra, cemento…), la profundidad de la misma y en qué parte de la pared está situada, para después elegir el material y el tratamiento adecuados.
El primer paso para arreglar grietas en la pared es limpiar la superficie eliminando la grasa y los restos de materiales. Con ayuda de una espátula hay que abrir las grietas y después se retira el polvo con un pincel.
Si la grieta es pequeña (menos de un milímetro), hay que aplicar sobre ella dos o tres capas de un impermeabilizante fibrado. Si es mayor, hay que rellenarla con un sellador multiuso diluido y, cuando se haya secado, añadir un sellador multiuso puro, nivelando con una espátula.
Finalmente, se lija y se pinta.