Alquilar un inmueble que se tenga en propiedad es una alternativa para lograr ingresos extras y sacar beneficio del inmueble. Lo recomendable es alquilar siempre por medio de un contrato de alquiler legal y siempre por escrito que contemple derechos y deberes de ambas partes, así como condiciones particulares. Al margen de ello, existen 5 derechos básicos del arrendador.
1. Fijar la cuantía de alquiler o renta.
A primera vista este puede parecer el mejor de los 5 derechos básicos del arrendador, pero en la práctica lo cierto es que la renta a cobrar la marca el mercado. Aunque el dueño del inmueble tiene derecho a fijar el precio del alquiler según sus deseos, lo recomendable es guiarse por el mercado, estudiar la oferta y la demanda, y apostar por un precio medio para lograr alquilar el inmueble en un tiempo prudencial.
2. Cuenta con la posibilidad de pactar libremente el tiempo del alquiler.
Aunque en principio y en el caso de las viviendas, la ley fija un plazo de 5 años al que los inquilinos pueden recurrir. En la práctica, ambas partes acordarán la duración del alquiler que estimen apropiada.
3. Iniciar procesos de desahucio por impago.
La falta de pago de la renta es causa suficiente para recurrir a los juzgados y pedir la ejecución de un desahucio de la vivienda alquilada. Actualmente se trata de un trámite ágil y bastante rápido, una vía de salida para el arrendador, cuando los arrendatarios dejan de pagar la renta y por lo tanto, incumplen con la base del acuerdo de alquiler firmado.
4. Incluir en el contrato el sistema legal de actualizaciones de renta.
El dueño del inmueble está en su derecho de incluir esta cláusula que le habilita para actualizar la renta de forma anual, incrementándola en función del IPC.
5. Fijar el pago de una fianza.
En principio, el dueño del inmueble puede elegir la fianza que exige a su inquilino, así como, la forma de entrega y condiciones de la misma. No obstante, si se quiere alquilar el inmueble en condiciones normales, no es recomendable exigir fianzas excesivas; lo mejor es fiarse del mercado y optar por una fianza igual a la que otros arrendadores, con inmuebles semejantes, solicitan.
A pesar de estos 5 derechos básicos del arrendador, las situaciones de conflicto entre inquilinos y caseros suelen ser más habituales de lo deseable y se presentan en cualquier momento, por lo que resulta indispensable contar con un seguro de protección de alquileres para hacer frente de forma segura a cualquier tipo de improvisto o contencioso legal relacionado con el alquiler de un inmueble.