Aunque en un alquiler, la casa que se habita no es de propiedad, la Ley de Arrendamientos Urbanos confiere una serie de derechos a los inquilinos. De este modo, los arrendatarios están protegidos frente a diferentes situaciones de abuso que puedan tener lugar por parte del arrendador.
Es bastante común que los conflictos, problemas y reclamaciones relacionadas con arrendamientos estén a la orden del día. Para saber cómo actuar en estos casos, además de conocer los derechos y obligaciones de cada parte, es importante contar con un asesoramiento legal especializado desde el momento en el que se decide arrendar una vivienda.
1. Derecho del inquilino a negociar la duración del contrato
Aunque se trata de un derecho poco conocido, el inquilino tiene potestad para negociar con el arrendador el tiempo de duración del contrato de alquiler. En la mayoría de los casos, la ocupación se acuerda durante un plazo de un año, pero la Ley de Arrendamientos Urbanos permite que el arrendatario rescinda lo pactado una vez transcurridos los 6 primeros meses.
En otro supuesto, pese a que en el contrato se indique el periodo de una anualidad, el mismo se puede ir prorrogando hasta 3 años. En este caso, es necesario que el inquilino se muestre conforme y que el propietario o alguno de sus familiares no precisen el inmueble para vivir.
2. Derecho del inquilino de adquisición preferente
Este derecho hace referencia a que, si el dueño del inmueble decide venderlo durante el periodo de vigencia del contrato de alquiler, el inquilino tiene preferencia frente a terceros para comprarlo. Para una mayor tranquilidad a la hora de arrendar una vivienda, es aconsejable pactar en el escrito la exclusión de esta posibilidad.
3. Derecho del inquilino a denunciar al dueño por allanamiento
El casero no puede entrar, bajo ningún concepto, en el inmueble arrendado sin el consentimiento del inquilino. Por lo tanto, si esto ocurre, el arrendatario puede interponer una denuncia o rescindir el contrato de alquiler sin ninguna sujeción a plazo.
El hecho de que el casero sea el propietario de la vivienda no significa que tenga derecho a entrar y salir libremente del mismo. Cuando existe un contrato de arrendamiento, este tipo de actitudes infringen el precepto que establece la Constitución sobre la inviolabilidad del domicilio.
4. Derecho del inquilino a solicitar las reparaciones necesarias
El propietario de la casa está obligado a encargarse de todas las tareas de mantenimiento, conservación y actualización para mantener unas condiciones de habitabilidad adecuadas. Del mismo modo, el inquilino tiene derecho a reclamar las reparaciones que sean necesarias para que la vivienda se encuentre en el mismo estado que al inicio del periodo de arrendamiento.
Fuera de los casos en los que se trate de deterioros provocados por un mal uso del inmueble, los costes económicos asociados a la realización de este tipo de trabajos siempre corren a cargo del arrendador. Además, estos gastos no pueden traducirse, en ningún caso, en un motivo para subir la renta al arrendatario.
5. Derecho del inquilino a recuperar la fianza
El inquilino tiene derecho a recuperar la fianza que se deposita al inicio del contrato de alquiler. Una vez abandonado el inmueble, lo más frecuente es que el propietario revise el estado de la vivienda y si la misma se encuentra en perfectas condiciones, no puede negarse a devolver el dinero a la otra parte. También es preciso que no existan facturas pendientes de pago.
El plazo de reintegro del depósito suele ser un mes. Normalmente, es el periodo de tiempo que tarda la administración en abonar la cantidad al propietario, desde el momento en que este lo solicita.