Aunque es posible construir chalets independientes, lo más habitual en las grandes ciudades es que estén emplazados unos al lado de otros. A pesar de ello, en comparación con un bloque de viviendas, se gana en privacidad y en metros cuadrados, tanto en el interior como en la parcela de fuera.
Una vivienda así ofrece múltiples ventajas frente a cualquier piso que esté ubicado dentro de una comunidad de vecinos, pero conviene diferenciar entre adosado o pareado. En función del tipo que sea, las características del inmueble son diferentes.
Características de un chalet adosado
Como se desprende de su propio nombre, un chalet adosado se encuentra unido a otros a ambos lados, de tal forma que se comparten las paredes laterales y quedan libres la fachada delantera y la de la parte de atrás. Esto significa que únicamente existen ventanas en estas dos zonas.
Dadas sus particularidades, las casas adosadas suelen formar parte de las urbanizaciones. En ellas, además de una vivienda propia, los propietarios también pueden disfrutar de zonas comunes, como piscina, jardines, gimnasio, garaje, etc. Esta imagen no solo es típica de los barrios residenciales, sino que se puede encontrar asimismo en zonas de playa o en zonas más alejadas de los centros turísticos.
Antes de decantarse por esta opción, es importante tener en cuenta que, aunque la superficie útil es mayor, normalmente el espacio se distribuye en diferentes plantas. Esto puede suponer un problema para personas que tienen problemas de movilidad, aunque si no es el caso, esta división en una vivienda es una excelente manera de crear diferentes zonas independientes.
Características chalet pareado
En las viviendas pareadas únicamente existe una pared en común con la casa de al lado. De esta forma, se puede contar con 3 fachadas libres para disfrutar de un mayor desahogo y un número superior de ventanas que dan al exterior.
Como consecuencia de su estructura, los chalets pareados suelen contar con más superficie, tanto en la vivienda como en el jardín. Además, los problemas que se derivan de la convivencia con otros vecinos, en este caso, las probabilidades se reducen, ya que solo se tiene contacto más directo con uno. También es de destacar que este hecho deriva en una mayor privacidad en el hogar.
A diferencia de los adosados, en los pareados es muy poco común que existan zonas comunes para ofrecer otro tipo de servicios a los vecinos. Sin embargo, esto que podría verse como un inconveniente, se convierte en un claro beneficio desde el punto de vista de la cuota mensual para sufragar los gastos comunes, que es notablemente más baja o directamente no existe.
Ventajas de vivir en un adosado o pareado
Como hemos ido haciendo referencia, vivir en una casa adosada o pareada presenta varias ventajas respecto a un piso normal. Además de contar con un mayor espacio y vivir con más intimidad, en un chalet existe la posibilidad de dividir las diferentes estancias según las necesidades, sin tener que atenerse a que todo esté ubicado en una misma planta con escasos metros cuadrados. Por ello, este tipo de vivienda es idóneo para las familias con niños, aunque también para quienes prefieran residir en una zona más tranquila.
Como contrapartida, los adosados o pareados suelen generar más gastos que un piso, debido a que el mayor tamaño origina un consumo más alto de todos los suministros, sin contar otras partidas, como por ejemplo el seguro de hogar. Por otro lado, en este tipo de casas, la inseguridad es un problema mayúsculo, ya que los ladrones suelen tener preferencia por ellas al estar ubicadas en las afueras de las ciudades.