A diferencia de otros bienes, como por ejemplo un vehículo, proteger una casa no es obligatorio, aunque se recomienda hacerlo para estar cubierto en multitud de situaciones. Una de las circunstancias que puede acontecer de forma imprevisible son los daños por fenómenos atmosféricos, donde las rachas de viento tienen un especial protagonismo, así como las tormentas, las fuertes lluvias, la nieve o el granizo.
Con una póliza para la vivienda es posible hacer frente a los desperfectos que se produzcan tanto en el contenido como en el continente, en función de las coberturas que se hayan contratado. En el supuesto de que se produzca un grave siniestro, donde el aire sea el principal causante, si la casa no está cubierta, las reparaciones suponen un gran desembolso económico para el propietario.
El viento y el seguro de hogar
La cobertura de daños materiales por fenómenos atmosféricos, incluidas las rachas de viento, es una de las garantías más comunes de los seguros de hogar. Sin embargo, en algunos casos puede depender del tipo de póliza y el alcance de los servicios que se hayan contratado, por lo que es importante revisar las condiciones legales para saber dentro de qué límites responderá la compañía.
Si se rompe una ventana o tiene lugar cualquier otro desperfecto por fuerte viento, el primer paso es contactar con la aseguradora. para informar del siniestro y solicitar la reparación del daño. Es importante realizar esta gestión cuanto antes, ya que vivir en una casa con los cristales de una abertura rotos es un potencial riesgo para todos los habitantes. Además de producirse posibles cortes, este imprevisto también reduce el nivel de seguridad del inmueble.
Por norma general, las pólizas de viviendas cubren los daños en los cristales instalados en las ventanas, así como las láminas de protección o reforzamiento de los mismos. No obstante, cuando la causa son rachas de viento, es probable que el seguro establezca un mínimo de intensidad a partir del cual se puede reclamar. Asimismo, se debe tener en cuenta la cuantía máxima que fija el límite de responsabilidad de la compañía por cada pieza que haya sido dañada.
Al igual que cuando se comunican a la aseguradora otros siniestros, en el caso de una rotura de ventana por rachas de viento también es necesario detallar en qué circunstancias se ha producido el daño, así como la fecha y el momento.
Proteger la casa ante fenómenos atmosféricos
El objetivo principal de contratar un seguro de hogar es estar protegido frente a cualquier circunstancia que pueda acontecer. Sin embargo, además de los daños provocados por los fenómenos atmosféricos más comunes, como rachas de viento, lluvia, nieve o granizo, también cabe la posibilidad de que se produzca un terremoto, un huracán, una erupción volcánica, un tornado o una inundación.
Si en la póliza de hogar no están incluidos los desperfectos originados por una catástrofe extraordinaria de mayor magnitud, se puede reclamar al Consorcio de Compensación de Seguros y Riesgos Extraordinarios la reparación de las roturas. Concretamente para el caso de las rachas de viento, en la web de este organismo se establece, entre sus coberturas, lo siguiente: “en el caso de la tempestad ciclónica atípica quedan incluidos, entre otros, los tornados y los vientos extraordinarios, caracterizados por la existencia de rachas superiores a los 120 Km/h., de acuerdo con el Reglamento del Seguro de Riesgos Extraordinarios”.