Una de las diferencias más notorias entre reformar una casa vieja y otra que sea habitable es el presupuesto. A pesar de haber revisado el estado de todos los elementos para establecer cuáles necesitan una mejora, es probable que durante el proceso de la obra vayan surgiendo algunos imprevistos que incrementen el precio como consecuencia del tiempo que haya estado abandonada. A esto hay que sumar que, a diferencia de una vivienda común, en una antigua es necesario, por norma general, arreglar la fachada, el tejado y las paredes.
Para conseguir un resultado excelente, uno de los consejos más importantes consiste en buscar un arquitecto con buenas referencias para que valore la estructura del inmueble y los trabajos indispensables. Aunque a priori se pueda pensar que la contratación de estos servicios va a encarecer la obra, es la mejor solución para asegurar el estado de la casa.
Comprar una casa vieja para reformar es una buena oportunidad, ya que en la mayoría de las ocasiones se puede disfrutar de una buena ubicación y un estilo único. Con el paso del tiempo, esta decisión se considerará como una inversión extraordinaria.
¿Cómo reformar una casa vieja?
- En la reforma de una casa vieja es preferible conservar la estructura original, ya que en la mayoría de las ocasiones su base suelen ser vigas de madera que se caracterizan por su gran resistencia. Sin embargo, conviene consultar con un técnico si la misma se encuentra en buen estado o si es preciso reforzarla. Del mismo modo, también es aconsejable respetar los muros de carga para no tener que realizar una obra mayor y mantener en parte la distribución original.
- La humedad suele ser uno de los principales problemas de las viviendas antiguas. Por ello, es fundamental identificar el origen y realizar las modificaciones que sean precisas para terminar con las filtraciones antes de iniciar la reforma.
- Si las puertas y ventanas no están demasiado deterioradas, una opción para mantener el estilo auténtico de la casa es restaurarlas e incorporar los sistemas de aislamiento necesarios. De esta forma se puede combinar originalidad y confort en las diferentes estancias sin que el frío o el calor excesivos, o el ruido, sean una molestia. No hay que olvidar que la inversión en aislamiento supone un ahorro en calefacción o aire acondicionado a largo plazo.
- Tanto la instalación eléctrica como de fontanería de un inmueble antiguo suele estar obsoleto. Así, para no correr ningún riesgo es fundamental que en el proyecto de la reforma se incluyan estos dos puntos que también puede derivar en un ahorro de energía.
- En la mayoría de las casas antiguas, la cocina era una de las estancias más importantes donde las familias solían reunirse. Es probable que incluya una chimenea o un hornillo, los cuales se pueden rehabilitar para conferir a la vivienda un estilo rústico. En cuanto a la estética del espacio es interesante decantarse por unos muebles clásicos y sustituir los azulejos, tanto del suelo como de las paredes, en concordancia con el conjunto.
- La reforma de una casa vieja es el momento perfecto para planificar la iluminación. A través de la redistribución de los espacios y la colocación de aberturas de forma estratégica es posible beneficiarse de la luz natural durante gran parte del día. En el caso de que el inmueble esté ubicado en una zona sombría siempre se puede jugar con los colores claros en la decoración y con los espejos para reflectar los rayos de sol a las distintas zonas.