La angiogénesis, del griego angio (vaso sanguíneo) y génesis (creación), se produce cuando es necesaria la formación de nuevos vasos sanguíneos a partir de otros que ya existen mediante un proceso de ramificación, y que está presente en la reproducción o la cicatrización de heridas, entre otros.
Angiogénesis en el cáncer
Tiene lugar en dolencias como la diabetes mellitus, la soriasis y la artritis reumatoide y, según la Sociedad Médica de Oncología Española, es uno de los factores relacionados con en el crecimiento de tumores y de la formación de metástasis, por lo que su estudio es relevante para encontrar nuevas estrategias terapéuticas contra el cáncer. Los tratamientos más pioneros muchas veces están en clínicas privadas para lo que un seguro de salud es altamente recomendable.
Es una cuestión que actualmente está de actualidad por su relación con la oncología, pero es un término que fue usado por primera vez en el año 1787, momento en el que fue acuñado por el escocés John Hunter. Este cirujano estudió cómo los cuernos de los renos caen y vuelven a crecer según la temporada y se percató de que es debido a un rápido desarrollo de los vasos sanguíneos que tiene lugar bajo la membrana que cubre la cornamenta del animal.
Angiogénesis en embriones y niños
La angiogénesis es necesaria en el desarrollo de embriones ya que todos los vasos sanguíneos se han formado, desde que estamos en el útero, a través de este proceso. Además, durante el crecimiento de los niños está presente en el alargamiento de los huesos, el aumento de los órganos y la extensión de la piel, es decir, en todos aquellos procesos en los que se necesita sangre y nuevos vasos sanguíneos.
Es un proceso que va despareciendo en nuestro cuerpo con la edad, es decir, en la infancia actúa sólo en aquellos momentos en los que es necesario para adaptarse a las necesidades del cuerpo en cuanto a la creación de nuevas venas y arterias.
Sin embargo, una vez que nuestro cuerpo ha completado su desarrollo, qué es la angiogénesis deja de tener importancia, de hecho, desparece exceptuando, como hemos comentado antes, en el proceso de curación de heridas y en la menstruación. En este último lugar, interviene para generar el endometrio o para formar el cuerpo lúteo, y también durante el embarazo para formar la placenta, garantizando la salud del bebé.