¿Cuándo se recurre a la osteopatía?
El objetivo fundamental de esta modalidad es devolver el equilibrio al cuerpo. En esta terapia todas las partes del cuerpo funcionan como una unidad, es decir, todos los sistemas del cuerpo están relacionados entre sí y funcionan conjuntamente. Por lo tanto, se deduce que los problemas que puedan afectar a un sistema pueden acabar repercutiendo en el mal funcionamiento de otros.
Gracias a este concepto holístico (entender el cuerpo como un todo), los especialistas en osteopatía pueden recomendar su uso en una amplia variedad de trastornos y alteraciones orgánicas, como:
- Osteo-articulares y músculo-esqueléticas: artrosis, artritis, ciatalgias, lumbalgias, contracturas musculares cervicales o dorsales, tendinitis, esguinces, desgarros musculares, problemas de la articulación temporo-mandibular, omalgias (dolor de hombro), etc.
- Neuronales: neuralgias, mareos y vértigos, migrañas u otros tipos de cefaleas (dolores de cabeza), entre otros ejemplos.
- Digestivas: gastritis, estreñimiento, colon irritable, flatulencias, hernias de hiato…
- Genitourinarias: trastornos menstruales (dismenorreas, dolor con la menstruación, amenorreas, ausencia de menstruación), trastornos menopáusicos, cistitis de repetición (infección de vejiga urinaria), incontinencia urinaria, etc.
Situación en España
La osteopatía puede aplicarse para tratar una amplia gama de trastornos y problemas de salud; incluso su uso está indicado para niños.
Sin embargo, a quién no se fía de esta terapia, alegando que no está plenamente demostrado científicamente que las técnicas utilizadas sean realmente efectivas para las patologías. En España, la osteopatía no está reconocida como actividad profesional legal, es decir, no está regulada. En cambio, está totalmente reconocida y regulada desde hace años en EEUU, Francia o Reino Unido.