Hasta septiembre de 2014, cerca de 30,3 millones de personas contrataron un seguro de vida; un 1,73% menos que en 2013. A pesar de que en los últimos años se ha incrementado la inversión en este tipo de productos, se ha producido un descenso en el número de clientes con un seguro de vida en nuestro país. Por su parte, los ciudadanos de la región de Murcia se sitúan entre los españoles que mejor valoran este tipo de seguros. Pese a que sólo un 40% de los murcianos cuenta con un seguro de vida, según las conclusiones publicadas en el Libro Blanco sobre “La protección familiar en España y el seguro de vida” elaborado por el Instituto de estudios sociológicos Análisis e Investigación y la Universidad Rey Juan Carlos, con la colaboración de Banco Santander, es la región que más valora el disponer de esta solución de protección familiar.
Aunque desciende el número de clientes, por el contrario, crece el ahorro. Hasta septiembre de 2014, esta cantidad, que no incluye los planes de pensiones, alcanzó los 165.306 millones de euros. Estas cifras suponen un incremento de un 3,3% si se compara con el mismo periodo del año anterior, y de un 1,84% desde enero, según datos de ICEA. Según estas fuentes, el seguro de vida individual repite como el segmento que acapara la mayor parte de este ahorro y son las pólizas colectivas las que mantienen un comportamiento a la baja, con una disminución del 1,51% hasta los más 40 mil millones de euros. Los expertos consideran que la crisis económica y la falta de cultura ahorradora de los españoles constituyen las principales causas de este descenso. Un estudio de la Fundación Edad & Vida señala, además, que el 90% de los españoles reconoce la necesidad de ahorrar para la jubilación pero tan sólo el 40% lo hace efectivo.
En relación a los principales factores que intervienen a la hora de plantearse la contratación de un seguro de vida, según un estudio realizado por los usuarios de Acierto.com, la obligación de contratación a la hora de solicitar un préstamo o hipoteca y la planificación de futuro para afrontar posibles costes económicos, como la educación de los hijos o el bienestar de un cónyuge, son los principales motivos.