La franja de edad perfecta para planificar la protección de la familia en caso de fallecimiento, invalidez o dependencia, oscila entre los 30 y los 50 años. En este periodo, las personas suelen asentarse, formar un hogar y firmar una hipoteca mientras tienen una situación laboral activa. No obstante, es posible que aparezcan ciertos problemas económicos que obliguen a dejar de pagar el recibo del seguro de vida.
Pensar que la prima de este tipo de pólizas es un gasto superfluo o innecesario constituye un grave error. Evitar los retrasos en el pago del seguro de vida es tan prioritario como hacer frente a otras obligaciones cotidianas, ya que supone una gran protección cuando más se necesita, ofreciendo un capital garantizado en las situaciones en las que se pierden o reducen los ingresos.
Consecuencias de dejar de pagar la prima del seguro de vida
El tomador de un seguro de vida está obligado a satisfacer la prima de forma anticipada, ya sea al inicio en el momento de la contratación o cuando se renueva la póliza. Para evitar posibles retrasos o impagos del recibo, es recomendable calcular la cuantía antes de la suscripción según las coberturas y las condiciones que mejor se ajusten a las necesidades familiares.
Según la Ley de Contrato de Seguro, si se deja de pagar el seguro de vida puede pasar lo siguiente:
- La aseguradora tiene derecho a resolver el contrato, lo que significa que finaliza la póliza.
O bien, la compañía también tiene la opción de exigir el pago de la prima debida en vía ejecutiva.
En cualquier caso, el artículo 15 de dicha ley establece que “salvo pacto en contrario, si la prima no ha sido pagada antes de que se produzca el siniestro, el asegurador quedará liberado de su obligación”.
Además, la cobertura queda suspendida un mes después del día del vencimiento de la prima en caso de que no se haya abonado. En el supuesto de que la aseguradora no reclame el pago en los 6 meses siguientes, se entiende que el contrato queda extinguido de forma automática.
Antes de que la compañía proceda a cancelar la póliza, el tomador puede volver a activar la cobertura si abona la cantidad pendiente. El seguro volverá a tener efecto después de transcurridas 24 horas desde que se haya realizado el pago.
¿Qué opciones existen cuando no se puede pagar el recibo del seguro de vida?
Es importante aclarar que el impago del seguro de vida no es la mejor forma de rescindir el contrato. Tal como indica la Ley de Contrato de Seguro, la compañía puede optar por no cancelar la póliza, lo que significa que la deuda se iría acumulando. Esta situación puede derivar en la vía judicial para reclamar al moroso el pago de los recibos pendientes.
Para evitar este tipo de problemas, e incluso el embargo del patrimonio, es aconsejable proceder de alguna de las siguientes maneras:
- Pasar el seguro de vida a término cuando sea posible. Es un modo más económico de mantener la póliza, ya que se cubren los gastos que se van reduciendo con el tiempo.
- Cancelar la póliza siguiendo las instrucciones de las condiciones legales del contrato y recuperar la parte del capital acumulado.
- Ajustar las coberturas para reducir el importe de la prima.