Todas las pólizas de vida, al ser inversiones a largo plazo, llevan aparejadas un interés en su capital. Sin embargo, este interés no se aplica sobre el importe total de la póliza, ni es financiero, ni TAE, ni efectivo. Por ello, se le denomina interés técnico. Si se trata de un interés fijo, recibe el nombre de interés técnico garantizado, si no, se trata de interés técnico variable.
El interés técnico garantizado (ITG, a partir de ahora) no se calcula, como hemos dicho, sobre la prima total del seguro, sino sobre la cantidad restante tras los gastos administrativos, de comercialización, los impuestos, recargos legales y la prima de riesgo asociada al fallecimiento, la invalidez y otras coberturas adicionales del seguro.
En los productos con participación en beneficios, el ITG es la rentabilidad mínima garantizada para toda la duración de la póliza. Cada año, el Gobierno fija el ITG máximo que pueden tener los seguros, y si la rentabilidad del seguro supera este límite, se suele establecer una adicional a año vencido.
En cambio, si se trata de productos con interés fijo, el ITG se establece a priori y puede ser superior al fijado por el Gobierno, ya que se obtiene con inversiones con un interés real conocido. Es ahora cuando entra en escena otro nuevo término a complicarlo todo: la Tasa Interna de Rentabilidad (TIR), que refleja la rentabilidad neta de las cargas del seguro (tras restar los gastos de gestión y la prima de riesgo).
Esto puede dar lugar a pólizas opacas, en las que no se sabe muy bien a dónde van a parar nuestras aportaciones. Por ello, es importante acudir a verdaderos profesionales de los seguros, que detallan con transparencia sus pólizas y revisarlo todo bien antes de firmarlo. Los Seguros de Vida MAPFRE son una opción que destaca frente a la competencia.
Muy bien, pero ¿qué significa todo esto?
La diferencia entre el ITG y el interés real se denomina de diferentes maneras entre compañía y compañía, pero suele ser interés técnico adicional. Supone que genera gastos de gestión, pero no rentabilidad de la misma forma, ya que se calcula de forma anual. Este mecanismo reduce la tasa interna de rentabilidad.
Es importante conocer sobre qué se aplican las tasas de nuestros seguros. Es posible que un seguro con un interés técnico menor sea más rentable que otro con uno mayor, simplemente por los cargos ocultos que van implícitos en el segundo. La periodicidad de las aportaciones (mensuales o anuales) también influye mucho en el cálculo de estos gastos.
Por ello, nuestra recomendación es que te pongas en las manos de expertos y que hagas todas las preguntas necesarias después de leer detenidamente pero antes de firmar ningún contrato de un seguro. Aprovecha que cuentas con los expertos de MAPFRE y revisa tus pólizas. Solo así podremos tener la seguridad que necesitamos al contratar un seguro. Especialmente si se trata de un seguro de vida, con la duración tan larga que suponen.