Debido a su tamaño y a la profesionalidad de los conductores, el autobús es uno de los medios de transporte con un menor número de incidencias respecto al resto de vehículos con los que comparte el asfalto. Sin embargo, en ocasiones suceden accidentes que en algún caso pueden llegar a ser muy importantes o incluso fatales. Ante estos problemas el usuario del transporte público no se encuentra indefenso pues, aunque no se disponga de un seguro personal de vida, al comprar el billete se paga una pequeña cantidad a mayor que sirve como contratación de un Seguro Obligatorio de Viajeros y de un Seguro Obligatorio de Circulación. Estas pólizas son inexcusables y van unidas de manera directa con el ticket. Todo trayecto implica un mínimo riesgo y el billete no solo servirá como demostración del pago por el servicio, sino como seguro ante los posibles inconvenientes que puedan surgir.
Para hacer efectivo este seguro el único requisito es demostrar que se ha pagado por él, para lo que es necesario disponer del billete. Por esta razón recomendamos nunca deshacerse del ticket de compra hasta que no se haya llevado a cabo el servicio sin ninguna alteración importante.
Cuando sucede un accidente de autobús, hay que distinguir entre dos tipos de siniestros. Averiguar en qué apartado han surgido las lesiones es importante pues no se tienen los mismos derechos ni consideraciones:
– Accidentes de circulación. Cuando las causas del siniestro derivan de la circulación del vehículo entra en acción el seguro obligatorio de circulación. Aparte de aquellos que suceden cuando el bus está en marcha, también se consideran los eventos acontecidos cuando estando el vehículo quieto recibe un golpe de un tercero.
– Accidentes cubiertos por el Seguro Obligatorio del Viajero. En este caso cubre la indemnización de las lesiones corporales surgidas cuando el autobús está parado, esto quiere decir que cubre de las dificultades que puedan surgir cuando el viajero entra o salga del vehículo o cuando se produce el momento de la entrega del equipaje. La póliza tiene en cuenta tanto los problemas causados por el conductor como aquellos que surjan por otras razones.
La diferenciación de ambos tipos de siniestros es importante, pues según suceda una u otra posibilidad, el viajero tendrá diferentes baremos de indemnización. Sin embargo, no debemos preocuparnos, pues cualquier accidente surgido en un bus será cubierto por uno u otro y de este modo se tendrá derecho a una compensación por las lesiones que se produzcan.
En general podemos indicar que de acuerdo con el Real Decreto 1575/1989 las indemnizaciones que se incluyan dentro del SOVI referidas al fallecimiento del usuario o lesiones de gravedad tendrán un importe menor que aquellas que se englobasen dentro del apartado de accidentes de circulación.
Como hemos señalado repetidas veces a lo largo del artículo, para poder reclamar los daños surgidos de un accidente es necesario guardar el ticket del viaje. Si la transacción se ha realizado con un bonobus o tarjeta de crédito la operación se habrá quedado guardada en el sistema informático y no será preciso disponer de una muestra física. También es importante solicitar datos del vehículo y de la compañía y redactar por escrito los hechos que tuvieron lugar. En el caso de precisar asistencia médica se tiene que guardar el parte médico. Todos los archivos anteriores serán imprescindibles para presentar el parte a la aseguradora y recibir nuestra indemnización.
Conforme a la ley anteriormente enunciada, los seguros obligatorios de viajeros son compatibles con los de responsabilidad civil, por lo que siempre es positivo contar con un seguro personal como el Seguro de Vida MAPFRE, que cubrirá los problemas que puedan aparecer, independientemente de cuál sea la causa.