Una de las cuestiones más importantes cuando llega el momento de salir a navegar radica en el itinerario que se va a realizar, ya que en función de la ruta y la planificación es posible tener un barco sin amarre. Cuando la embarcación se traslada directamente del lugar en tierra donde está guardada al agua y una vez a flote solamente se utiliza para moverse, no es necesario contar o alquilar un punto de atraque, ya que durante el tiempo que no se utiliza, la embarcación se saca del mar.
Fuera de este caso, es imprescindible tener en cuenta dónde se puede amarrar el barco debido a que durante la noche y las horas que se mantenga inactivo es obligatorio disponer de un sitio legal. Dado que los amarres son uno de los asuntos más delicados si no se planifica con el suficiente tiempo de antelación, conviene tener bajo control este punto para evitar que la embarcación se quede a la deriva.
Aunque varía según la época del año, lo más habitual es que durante los meses más calurosos, la demanda de amarres sea superior a la oferta. Por este motivo, es recomendable reservar el punto que más interese en el momento que se decida la ruta que se recorrerá con el barco. Además, en la actualidad es posible realizar esta gestión cómoda y rápidamente gracias a las diferentes aplicaciones y portales web que permiten conocer la disponibilidad de los diferentes puertos y reservar en el momento.
¿Qué hacer si no se puede tener un barco sin amarre?
Tener un barco sin amarre podría considerarse una infracción grave debido a que implica un mal uso del puerto, algo que conlleva una multa económica entre 120.000 y 300.000 euros. Por lo tanto, para evitar recibir una sanción, así como para estacionar la embarcación en un lugar seguro, conviene elegir una solución adecuada dentro del agua.
La solución de almacenamiento del barco en un garaje o en otro lugar con suficiente espacio no resulta demasiado práctico cuando se trata de un modelo de grandes dimensiones, ya que la opción de transportar continuamente la embarcación en un remolque, así como encontrar rampas accesibles, se presenta como los dos principales hándicaps. Así, encontrar un amarre en un puerto u otro lugar habilitado es la alternativa más viable.
Teniendo en cuenta que no se puede tener un barco sin amarre dentro del mar, es de suma importancia elegir un punto que cuente con fácil acceso a las instalaciones. Para ello, se debe tener en cuenta las medidas exactas de la embarcación y las maniobras que son necesarias para aparcar en un determinado sitio. En el supuesto de que el espacio disponible para atracar el barco sea demasiado reducido o conlleve cierto peligro según el viento y la marea, es preferible solicitar otro lugar para realizar el estacionamiento con total seguridad.
No olvides que además de constituir una zona segura para la embarcación, los puertos también ofrecen otro tipo de servicios a los clientes, como por ejemplo el uso de duchas, baños, acceso a Internet, restauración, distribución de combustible, reparación de barcos, etc.
Dado que los amarres habilitados son unos lugares protegidos para guardar el barco, no dudes en elegir los que mejor encajen con el itinerario que quieras realizar. Del mismo modo, también conviene amparar la embarcación con un seguro a medida, que incluya las coberturas más completas para cubrir cualquier imprevisto.