Adquirir cualquier tipo de embarcación para uso personal es una de las experiencias más gratas, sobre todo para quienes sienten un especial interés por el mar. Con un barco es posible disfrutar del tiempo de ocio en verano de una manera diferente, ya sea en compañía de amigos o en solitario.
No obstante, aunque la posesión de un barco reporta infinidad de satisfacciones, es recomendable seguir una serie de pautas cuando se trata de comprar uno usado a un particular. En el caso de que se decida adquirir un modelo nuevo, el proceso es más sencillo, ya que el proveedor o el fabricante se encargan de realizar todos los trámites y no existe ningún riesgo de que la embarcación esté embargada.
¿Un barco embargado?
Uno de los aspectos más importantes que es necesario comprobar antes de comprar un barco es el relativo a las posibles cargas o gravámenes que tenga pendientes, como por ejemplo préstamos bancarios o cualquier otra deuda.
Una de las formas más sencillas para averiguarlo consiste en hablar directamente con el vendedor para obtener información de primera mano, aunque por norma general no suele resultar un método muy eficaz a no ser que se trate de una persona de confianza. Para estar cubiertos en este tipo de situaciones, se suele incluir una cláusula en el contrato de compra-venta donde se especifique que en caso de que el barco esté embargado, el vendedor es el único responsable del pago de las deudas.
También es posible conocer estos datos solicitando una copia del certificado de navegabilidad del barco en cuestión. Para ello es necesario solicitar la información de la embarcación en el Registro de Buques de la Dirección General de Marina Mercante y posteriormente, con estas referencias se consultan las bases de datos oficiales, de las cuales se desprende si el barco está embargado o libre de cualquier tipo de carga.
En España, todas las embarcaciones con más de 2,5 metros de eslora deben estar inscritas en el Registro de Buques de la Dirección General de Marina Mercante, por lo que si el barco que se adquiere es de este tipo, es sumamente sencillo saber si tiene algún gravamen pendiente. Sin duda es la forma más segura de conocer esta información.
Otros consejos para comprar una embarcación de segunda mano
Para realizar todos los trámites de cambio de titularidad del barco es preciso que el antiguo dueño ofrezca la documentación necesaria para no encontrar ningún obstáculo en el proceso. En cuanto al procedimiento que hay que seguir se puede realizar cómodamente por cuenta propia, aunque para contar con un mejor asesoramiento siempre es preferible contratar los servicios de una asesoría especializada en este tipo de transacciones.
Antes de firmar el contrato de compra-venta es importante no dejarse llevar por las prisas para poder revisar el barco tantas veces como sea necesario, tanto a flote como en tierra. En el caso de no ser expertos en la materia, es recomendable inspeccionar la embarcación con la compañía de un profesional para que pueda examinar el estado general y cada detalle que esconda posibles desperfectos.
Una vez que se haya gestionado la compra, es momento de contratar un seguro para embarcaciones, ya que esta póliza es obligatoria para aquellos barcos propulsados a motor, los que tengan más de 6 metros de eslora y las embarcaciones extranjeras que naveguen por aguas españolas. Fuera de estos casos también es aconsejable disponer de una garantía de responsabilidad civil y de daños propios.
