A la hora de establecer el precio final del seguro de moto se analizan todos los factores que pueden convertirse en un riesgo, tales como la edad del conductor, la antigüedad del carnet, el modelo de moto o si ésta duerme en garaje o si la moto está en la calle.
Por la misma razón, el lugar en el que viva el asegurado será crucial a la hora de fijar la prima. Tanto es así, que la influencia del código postal en el seguro de moto puede incrementar la póliza hasta en un 45 por ciento.
La razón principal de incluir este parámetro como posible causa de riesgo es fundamentalmente estadística. Las cifras de siniestralidad de unas comunidades a otras varía considerablemente, de manera que hay regiones de España donde existen más probabilidades de sufrir un accidente que en otras. Así, en un pueblo remoto donde los accidentes de tráfico son casi inexistentes, el seguro de moto será bastante más económico que en una gran ciudad como Madrid, donde estos percances se producen más a menudo.
La influencia del código postal en el seguro no atiende tanto al número de habitantes de una región como a su porcentaje de accidentes. Hay determinadas poblaciones con pocos habitantes pero con una tasa de siniestralidad muy elevada debido, por ejemplo, a la cercanía de una carretera antigua y peligrosa.
¿El código postal influye en el precio de mi seguro de moto?
Dado que en el precio final del seguro influyen otros muchos factores, resulta complicado conocer a ciencia cierta qué comunidades son las más baratas y cuáles las más caras.
Dependiendo de qué regiones son más o menos seguras, en líneas generales, las zonas cuyo precio en la póliza es más elevado corresponden a las comunidades de la cornisa cantábrica (Galicia, Cantabria y Asturias), donde Cantabria ostenta el primer puesto. En el extremo contrario, es Aragón la región donde se obtienen primas más bajas en el seguro de motos.
Según los expertos, la razón de estas diferencias radica en las características particulares del tiempo meteorológico del norte, donde las lluvias y el mal tiempo son habituales; así como la gran afluencia de circulación que existe en sus carreteras secundarias, menos seguras y más peligrosas que las principales. Todo esto hace que estas regiones vean aumentados sus índices de siniestralidad y, por tanto, la cuantía de sus primas.
Estos precios también varían en función del tipo de póliza: si es un seguro a terceros, todo riesgo, con franquicia, etc. Por eso, lo más indicado es consultar con tu aseguradora de qué manera –y en cuánto- modifica la cuantía del precio final la región en la que vives.
Para establecer qué parámetros influirán en el precio final de la póliza, las aseguradoras cuentan con la figura del actuario del seguro, un profesional que maneja todo tipo de tablas y estadísticas.