Los campamentos son una experiencia única para que los niños aprendan a ser independientes, a comunicarse con sus iguales y a trabajar en equipo. Es importante saber cómo elegir un campamento para disfrutar de estos beneficios, con ofertas que propongan actividades divertidas y al mismo tiempo educativas acordes a las necesidades y gustos de los más pequeños.
Un buen campamento es una lección de vida que va más allá del aula o la familia. Allí los niños aprenden el valor del trabajo en equipo y descubren otra forma de apreciar la naturaleza. También les ayuda a incrementar la confianza en sí mismos y a desarrollar habilidades de liderazgo.
Cómo elegir un campamento
Los más populares son los que se centran en una actividad concreta y, en este sentido, la oferta es amplísima: los hay que se dedican a un deporte, al aprendizaje de un idioma en un entorno lúdico (muy demandados en la actualidad), y un largo etcétera.
¿Qué objetivo se busca?
La primera cuestión que hay que plantearse a la hora de elegir un campamento es cuál es el objetivo por el que se quiere apuntar al niño: si es por mero divertimento, si se busca que además tenga fines académicos, que aprenda un idioma, que practique su deporte favorito, que desarrolle sus habilidades sociales…
¿Cuál es el grado de madurez del niño?
El segundo aspecto a tener en cuenta es la edad del niño, o más bien su madurez. Es importante cerciorarse de que el pequeño está suficientemente capacitado como para estar en un ambiente extraño fuera de su hogar. Si es así, habrá que analizar su grado de autonomía, de responsabilidad e incluso su personalidad y, en base a ello, decidir si lo mejor es un campamento de día o uno interno.
¿Cuántos días estará fuera de casa?
A la hora de decidir cómo elegir un campamento, también hay que sopesar cuántos días podrá estar el niño fuera de casa. Si es la primera vez que va a vivir esta experiencia, lo mejor es ir poco a poco y no elegir uno que dure más de una semana. En cambio, si lo que se busca es que aprenda un idioma, las ofertas en el extranjero son la mejor opción, pero hay que tener en cuenta que suelen abarcar un mes entero.
¿Tiene necesidades especiales?
Si el niño presenta alguna necesidad especial, hay que buscar campamentos que la puedan cubrir. Por ejemplo, si padece algún tipo de alergia, hay que asegurarse de que la opción elegida cuenta con los medios suficientes para este tipo de casos. Incluso la ubicación es importante, para que en caso de que haya alguna emergencia se pueda acudir al centro médico lo más rápidamente posible. Además, siempre es aconsejable contratar un seguro de viaje de excursión y campamento lo más completo posible, ya que ofrece asistencia médica, indemnizaciones por demoras, cobertura de responsabilidad civil y otra serie de ventajas que garantizan la estancia de los más pequeños fuera de casa.
¿Cuáles son los gustos del niño?
Si lo que se busca es que el niño aproveche al máximo la experiencia hay que tener en cuenta sus gustos y preferencias. No hay que olvidar que, al margen de lo que pueda aprender en ellos, los campamentos forman parte de su tiempo de ocio y, por tanto, deben ser un momento de disfrute y esparcimiento personal. Por eso, hay que preguntarle su opinión, algo que a su vez servirá para integrarle más en el proceso y hacerle partícipe desde el principio.