A la hora de ver cómo preparar una embarcación que ha estado recluida durante el invierno y emerge de su ostracismo en los meses estivales para que disfrutemos del mar en todo su esplendor en compañía de nuestros amigos y familiares, conviene repasar previamente su estado general. Para ello prestamos especial atención al correcto funcionamiento del motor, a la limpieza de la cubierta y a otra serie de cuestiones con las que prepararemos nuestro barco para salir a la mar.
Sacaremos de nuevo las colchonetas, velas, lonas y todo aquello que hemos guardado antes del inicio del invierno con el fin de protegerlo de las inclemencias del tiempo. Si observamos que aun así han sufrido desperfectos (causados por humedades o filtraciones de agua, por ejemplo), comprobaremos que estén cubiertos por nuestro seguro para barcos.
Cómo preparar un barco: el motor
Haremos una inspección del motor y toda la parte técnica siguiendo las indicaciones del fabricante. Habrá que revisar los soportes del motor, ya que si están en mal estado, hay que cambiarlos de dos en dos para que el motor no pierda alineación. Rociaremos un poco de aceite en las válvulas de fondo cuando ofrezcan resistencia. Si la rueda de paleta situada en la bomba de refrigeración tiene la goma gastada, hay que cambiarla.
Comprobaremos que los niveles de aceite y refrigeración estén correctos y que las baterías estén en perfecto estado. Para ello, pondremos el barco en funcionamiento dándole tiempo para que se lubrique, y observaremos el ruido que hace y el color del humo del tubo de escape.
Limpiaremos las rejillas de aspiración y el pasacascos para evitar taponamientos indeseados, despejando completamente las salidas de agua.
Y, por último, revisaremos que las correas no estén desgastadas. Si solo están flojas, bastará con tensarlas.
Cubierta del barco: limpieza y cuidado
En los meses en los que ha estado inutilizado, la lluvia ha podido causar humedades y manchas en la cubierta del barco. Para proceder a su limpieza, sacaremos el barco al varadero y lo enjabonaremos con un jabón neutro para después cepillarlo a conciencia. También tienes la opción del agua a presión, pero hay que tener cuidado con las zonas de teca y con las decoraciones adhesivas, ya que las podríamos estropear.
Seguramente, tras los meses de invierno, la madera de teca que embellece el barco haya perdido color y brillo y se haya deshidratado. Para devolverle su apariencia natural, frotaremos la superficie con un estropajo, con lo que eliminaremos la capa quemada por el sol. Después, aplicaremos aceite de teca.
Para quitar el óxido formado en las barandillas, aplicaremos un producto específico corrosivo, poniendo especial cuidado en protegernos las manos con unos guantes. Después, lo aclararemos con abundante agua.
Por último, hay que limpiar y pintar los fondos. No por cuestión estética, ya que no se ven, si no para que el barco ofrezca menos resistencia dentro del agua, alcanzando mayor velocidad y ahorrando combustible.