Las grandes ciudades, y sobre todo las más turísticas, han sufrido en primera persona los efectos del boom de los pisos turísticos de Airbnb. El origen de esta plataforma estaba basado en poner en contacto a propietarios con huéspedes para ofrecerles una forma distinta de visitar una ciudad. A diferencia del alojamiento en hoteles o apartamentos, este alquiler vacacional permitía un contacto cercano y directo con el anfitrión para conocer el lugar desde la perspectiva de sus habitantes.
Sin embargo, con el paso del tiempo, el proyecto ha derivado en un negocio que no sólo aprovechan quienes tienen una vivienda y desean alquilar alguna de sus habitaciones a viajeros, sino que en la actualidad existen empresas inmobiliarias que se dedican a rehabilitar inmuebles para explotarlos a través de esta vía.
De esta forma, la situación en el centro de algunas urbes como Madrid, Barcelona o Palma de Mallorca se ha hecho insostenible. Uno de los principales efectos que han causado los pisos turísticos de Airbnb es la saturación de cualquier destino, así como los problemas de convivencia con los residentes locales de dichas ciudades. Además, el incremento de las ofertas no regladas de alojamientos ha provocado que los precios de los alquileres de larga duración se disparen hasta límites insospechados debido al reducido número de pisos que en la actualidad se destinan a este uso.
El rechazo de los vecinos hacia este modelo de alojamiento es latente y así lo han hecho constar en multitud de denuncias donde se reflejan los problemas de seguridad, las molestias en los propios edificios, etc. Esto, unido al elevado precio de los arrendamientos residenciales, está empujando a que sus habitantes se desplacen a otras zonas de la periferia, quedando el centro de las ciudades vacío de residentes autóctonos.
Medidas para detener el efecto de los pisos turísticos de Airbnb
En Madrid, para frenar la expansión del turismo masivo y de baja calidad que están propiciando los pisos turísticos de Airbnb ya se han empezado a tomar algunas medidas:
- La intervención de las viviendas que son denunciadas por las asociaciones vecinales debido a ejercer esta actividad sin permiso.
- Se espera limitar próximamente el alquiler de las viviendas privadas a 90 días y a partir de este periodo establecer la actividad como turismo profesionalizado para lo cual se necesita una licencia urbanística de uso terciario.
- Gracias a una nueva regulación de la Comunidad de Madrid, también las comunidades de vecinos tendrán la posibilidad de establecer en sus estatutos la prohibición de pisos turísticos Airbnb.
- Una reforma más restrictiva que probablemente se ponga en marcha permitirá que solo las viviendas del centro con acceso independiente a la calle se puedan utilizar como alquiler vacacional.
En Barcelona, el Ayuntamiento ha obligado a Airbnb a desarrollar una herramienta en su web con el objetivo de controlar los pisos turísticos ilegales. Gracias a esta iniciativa, a la hora de registrar una vivienda, el propietario debe autorizar la cesión de sus datos a la administración para que ésta pueda acceder directamente al sistema para realizar las inspecciones necesarias.
Además de los datos personales del dueño y la información relativa al inmueble, también se habilita un nuevo campo donde es preciso introducir un código que corresponde a la vivienda de uso turístico. De esta forma es posible controlar al detalle cuáles son los pisos turísticos Airbnb que no tienen licencia.
Aunque viajar es una de las experiencias más enriquecedoras que existen, es aconsejable hacerlo pensando en los efectos que se pueden causar a los habitantes del lugar de destino. Además de intentar actuar siempre de forma responsable, teniendo en cuenta el bienestar de los demás, también es pertinente considerar las decisiones que velen por la tranquilidad propia, como por ejemplo contratar un seguro de viaje para que la vivencia al completo esté bajo control.