España es el segundo país del mundo con mayor esperanza de vida, superado únicamente por Japón. De media, los hombres pueden llegar a vivir 80 años y las mujeres, algo más de 85. Estos datos, aunque son una buena noticia para los ciudadanos, para el Estado supone un cierto problema debido a las flaquezas del sistema público de pensiones actual.
En un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se advierte a nuestro país de las dificultades para sostener el futuro de las pensiones tal como hoy las conocemos. Al progresivo envejecimiento de la población, que apunta a que España tendrá la segunda mayor tasa de dependencia a nivel mundial en 2050, se suma la inestabilidad en el mercado laboral que a pesar de haber superado la crisis, los puestos de trabajo aún siguen siendo deficientes en un alto porcentaje.
Según la OCDE, la reforma de las pensiones iniciada en 2013 no es suficiente para mantener la sostenibilidad del sistema público de pensiones debido a que la edad media de jubilación aún sigue siendo baja en comparación con la proyección de vida.
El futuro de las pensiones en 2018
Por quinto año consecutivo, desde el 1 de enero de 2018 se volvió a registrar la subida mínima legal de las pensiones del 0,25%. Esta revalorización fue planteada en la última reforma de las pensiones, atendiendo a los gastos e ingresos del sistema. Según éstos, se establece un mínimo del 0,25% y un máximo que corresponde al IPC más un 0,50%.
Además, el futuro de las pensiones respecto a la edad de jubilación se espera que sea de 67 años a partir de 2027. Dado que en cada periodo se va elevando de forma progresiva esta edad hasta llegar a dicho objetivo, en 2018 se incrementa a 65 años y 6 meses para poder obtener el 100% de la pensión.
Junto a la edad, también es necesario acreditar haber cotizado un tiempo mínimo. Quienes hayan trabajado 36 años y 6 meses o más tienen la posibilidad de retirarse en 2018 con 65 años. Sin embargo, si no se cuenta con dicho periodo cotizado, hay que esperar a cumplir 65 años y 6 meses.
Hay que destacar asimismo que en 2018, el periodo que se toma para calcular las pensiones se incrementa en un año respecto a 2017, pasando de 20 a 21 años. No obstante, con la última reforma no se modificó el requisito de cotización mínima para poder acceder a la pensión y hoy en día se sigue manteniendo en 15 años como mínimo, siempre que dos de ellos estén incluidos en los 15 anteriores al momento de solicitar la prestación.
Por otro lado, los trabajadores que piensen en jubilarse de manera anticipada en 2018 también se enfrentan a criterios más estrictos. En este sentido, es preciso haber cumplido los 63 años y 6 meses, y haber cotizado 35 años, y a pesar de ello, la penalización por cada trimestre de adelanto respecto a la edad de jubilación ordinaria es mayor.
De cara a los próximos años, las condiciones para jubilarse se irán endureciendo con el comienzo de uno nuevo sin olvidar que a partir de 2019 entrará en juego el factor de sostenibilidad para fijar el futuro de las pensiones más a la baja.
Junto a todas estas reformas necesarias para asegurar el sistema público, también es preciso un cambio en la mentalidad de la sociedad más encaminada hacia el ahorro individual.