Por ello, es fundamental pedir asesoramiento a un experto que aclare dudas, como las relacionadas con el KID (Key Investor Document), que son los documentos informativos que debe recibir el futuro cliente por parte de la compañía comercializadora antes de la contratación de un producto de inversión. En el año 2018 adquirió una mayor relevancia debido a la entrada en vigor del Reglamento (UE) nº 1286/2014 del Parlamento Europeo y del Consejo. En esta norma, se hace referencia a los documentos de datos fundamentales relativos a los productos de inversión minorista vinculados y los productos de inversión basados en seguros.
El objetivo de esta documentación pre-contractual es servir como guía a los inversores particulares para que puedan comprender las principales características de los planes de pensiones u otros que van a contratar. De este modo, es posible realizar una comparación más detallada sobre los costes, la rentabilidad o el riesgo de diferentes planes. Además, el usuario tiene la obligación de firmar el KID antes de suscribir un producto, lo que significa que conoce todas sus particularidades.
¿En qué casos aplica el KID?
Por lo tanto, los productos que se consideran PRIIP no son solo los planes de pensiones, sino también los seguros de vida, los planes de previsión asegurados, los depósitos bancarios, las acciones, los fondos de inversión, etc.
¿Qué incluye el KID?
- Datos identificativos del producto.
- El nivel de riesgo.
- Los diferentes escenarios de rentabilidad.
- Los costes.
- Los plazos.
- Casos en que se puede reclamar.
- Otros datos de interés.
Una de las principales novedades que se introdujo en los KID con la normativa de la Unión Europea fue el indicador de riesgo a través de una escala numérica que va de menor a mayor (del 1 al 7).
Además, el reglamento obliga a que esta documentación pre-contractual esté redactada en la lengua oficial del lugar donde se distribuye el producto. En caso contrario, no se puede permitir su comercialización porque se estaría enturbiando el nivel de transparencia que propugna la norma.
Por último, es muy importante no confundir el KID con el KIID. Este último hace referencia al documento que se exige en todos los fondos y ETF (fondos cotizados) domiciliados en la Unión Europea y comercializados en otros estados miembros según la directiva europea UCITS. Por lo tanto, se trata de documentación diferente, ya que aplica a productos de inversión distintos.