La esperanza de vida ha alcanzado sus cuotas más altas en la actualidad, el índice de natalidad no llega a garantizar el relevo generacional y las condiciones laborales de los trabajos de hoy en día son insuficientes para volver a llenar la hucha de las pensiones. Hasta hace poco tiempo, nadie se planteaba la posibilidad de que la edad de jubilación se retrasara o que las prestaciones se tuvieran que reducir para mantener el sistema, pero actualmente se ha convertido en una realidad.
Viendo las deficiencias que caracterizan a España en este sentido, es lógico mirar hacia nuestros vecinos europeos que tienen establecidos modelos de pensiones que se pueden considerar modelo en comparación con el resto. Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los sistemas de pensiones se pueden dividir en 3 grupos: públicos, privados y mixtos, y a su vez entre los que destinan las cotizaciones del trabajador a fondos individuales o colectivos.
Los modelos de sistemas de pensiones más sostenibles de Europa
- Holanda: en esta región de los Países Bajos, son tres los pilares que conforman su sistema de pensiones. Dos de ellos son obligatorios, uno público que garantiza una prestación mínima y otro de planes colectivos de pensiones en las empresas que también incluye invalidez, viudedad y orfandad. En tercer lugar, se contempla un plan privado que es voluntario de cada persona.
- Reino Unido: los trabajadores británicos tienen derecho a recibir una pensión básica cuando llega el momento de jubilarse que por sí sola es insuficiente para mantener un nivel de vida aceptable. Por lo tanto, para evitar un país con pensionistas cada vez más pobres, la prestación mínima se complementa con las pensiones privadas colectivas que reciben los empleados en las empresas y cuya adscripción es semiobligatoria a partir de los 22 años con una aportación del 5% del salario. A esto se suma la posibilidad de contratar un plan de pensiones privado para aumentar las rentas durante la jubilación.
- Suecia: este país es un modelo a seguir en muchos aspectos y, como no podía ser de otra forma, en su modelo de pensiones también. Su sistema consiste en cuentas virtuales individuales donde cada trabajador va depositando sus cotizaciones durante toda su vida laboral. Se trata de un modelo mixto que combina pensiones públicas y privadas. El pago de las pensiones que realiza el estado se calcula de la misma forma que en España, es decir, en base al total de cotizaciones generadas hasta la fecha de jubilación, aunque también se tienen en cuenta los intereses generados por los activos de la cuenta personal. Por otro lado, el sistema de capitalización individual con planes de pensiones de empleo es obligatorio para aportar un 7% del sueldo. En cualquier caso, el país asume la responsabilidad de garantizar una pensión mínima a los mayores de 65 años que no hayan alcanzado el mínimo de cotizaciones, algo que se puede conocer de antemano con la información detallada que recibe cada trabajador anualmente sobre sus aportaciones y su futura pensión.