Por otro lado, al hablar de fondos fijos se hace referencia a los fondos de inversión de renta fija que están conformados en un alto porcentaje por activos que no presentan demasiada volatilidad. Como consecuencia de ello, el riesgo que asume el inversor está más o menos controlado en comparación con los fondos de renta variable. Por norma general, las inversiones de deuda pública se materializan en renta fija y puede ser de diferentes tipos, como bonos, obligaciones, pagarés, letras, etc.
¿Cómo se invierte en deuda pública?
Cuando se opta por invertir en deuda pública europea hay que tener presente que el riesgo de impago está presente, aún más cuando la crisis es la protagonista del escenario económico. Si las administraciones públicas no cumplen con sus pagos, la situación empeora notablemente y por ello, conviene valorar la evolución previa que ha tenido la entidad de los ingresos y gastos, así como la capacidad para ajustarse a su presupuesto.
A grandes rasgos, las posibilidades de impago suelen ser inferiores que, en el caso de las inversiones en deuda privada, ya que el sector público cuenta con mayores garantías.
Incluso contemplando el peor escenario posible, es casi imposible que los inversores pierdan por completo su dinero invertido. La solución que establecen las administraciones públicas en el supuesto de que no puedan devolver los capitales más la rentabilidad es posponer el pago de la deuda.
La deuda pública europea
Según un estudio de Morningstar, la deuda pública europea está monopolizada en gran medida por Francia e Italia que representan casi la mitad de todo el conjunto de bonos procedentes de los estados de la comunidad. El primer país tiene una calificación AA, es decir, que se caracteriza por la estabilidad y el bajo riesgo. Sin embargo, Italia cuenta con una calificación BBB que significa que su nivel es medio, encontrándose en una buena situación, pero ninguno de estos países alcanza a la calificación más alta que es AAA.
Teniendo esto en cuenta, es interesante saber lo que puede suceder cuando se opta por comprar deuda pública europea. Al hecho de que muy pocos países cuentan con la máxima calificación de fiabilidad y estabilidad, se suma la incertidumbre política y la media de duración de las obligaciones que está fijada en 7,5 años aproximadamente.