Los planes de pensiones son instrumentos financieros de ahorro suscritos mediante una póliza, a los que voluntariamente podemos adherirnos, con la idea de complementar la pensión estatal que en su momento percibamos, en forma de capital o de renta, cuando incurramos en alguna de estas contingencias: jubilación, invalidez o fallecimiento.
Lógicamente, la cuantía de ese capital o esa renta está en función del capital que hayamos aportado (sujeto a elevada flexibilidad en cuanto a importe y frecuencia) hasta el momento de producirse una de esas contingencias, habitualmente la jubilación. Es precisamente en esto en lo que consisten los planes de pensiones.
No obstante, puede anticiparse el cobro de la prestación en situaciones de desempleo de larga duración, entendiéndose por estas un período continuado superior a 12 meses, con la condición de inscripción en el INEM y no percibir prestaciones contributivas o también en el caso de que las aportaciones tengan más de 10 años de antigüedad.
¿Qué plan de pensiones contratar?
Como todas las personas que manifestamos interés por un plan de pensiones no tenemos, ni mucho menos, el mismo perfil de ahorrador, la gama de productos que ofrecen bancos y compañías de seguro es lo suficientemente amplia como para que no quedemos, en ningún caso, desprovistos de las interesantes coberturas que prestan.
Por eso, es importante conocer en qué consisten los planes de pensiones; y es que los hay desde los que, por su carácter conservador, aseguran una rentabilidad a prueba de bombas, hasta los que desafían la volatilidad de los mercados, adoptando una línea más agresiva, que, obviamente, puede proporcionar mayor rentabilidad.
De forma resumida podemos distinguir entre:
- Planes de pensiones de renta fija a corto plazo al 100%, idóneos para personas en puertas de su jubilación, por su mínimo riesgo y gran estabilidad en rendimientos.
- Planes de pensiones de renta fija mixta al 85, 70 o 65%, de mejor encaje en partícipes de 35-50 años con suficiente perspectiva para planificar su vejez, asegurando buena estabilidad pero generando graduales expectativas de rentabilidad.
- Planes de renta variable al 100%, diseñados para inversores a más largo plazo, quienes están dispuestos a asumir alto riesgo a cambio de una posible mayor rentabilidad.
Ventajas fiscales
Pero no hay que esperar para disfrutar los atributos de los planes de pensiones a que llegue la jubilación o algún percance no deseado. Mientras vamos aportando capital, obtenemos un sustancioso ahorro fiscal, que, sin duda, es suficiente aliciente para suscribir una póliza de estas características. Las aportaciones realizadas a los planes de pensiones reducen la base imponible del IRPF, con importe limitado a 8.000 euros.
¿Qué sucede en caso de fallecimiento?
Otra ventaja importante, esta para los beneficiarios, si estudiamos en qué consisten los planes de pensiones, es que en caso de fallecimiento del titular, aquellos no tributan por el capital recibido en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, sino en concepto de rendimientos del trabajo en el IRPF. En líneas generales, los contribuyentes contamos con una interesante vía para blindar nuestro futuro con los Planes de pensiones y, a la par, sacar el mayor jugo posible a nuestra relación con Hacienda.