Por norma general, cuando alguien tiene alergia a un animal, los síntomas que presenta no se deben precisamente a la propia mascota, sino más bien a algunos alérgenos que ella misma produce. Los más comunes son los que se encuentran en el pelo del perro o del gato, así como también en la saliva o en la piel.
No existe ninguna mascota que sea hipoalergénica al 100%, pero en función de sus características se pueden reducir en gran medida los estornudos, picores u otros efectos en las personas cuando están cerca de un animal. Por ello, si alguien tiene alergia a los perros o a los gatos, es preferible que adopte uno sin pelo, ya que este tipo produce una menor cantidad de alérgenos y el dueño podrá tolerar en mayor medida su compañía.
Aunque en ocasiones las mascotas sin pelo puedan generar un sentimiento de rechazo por su aspecto, lo cierto es que son las más recomendadas para las personas con alergia. El hecho de no tener una abundante melena contribuye a que el pelo no se caiga y no produzca caspa, dos de los factores determinantes en la aparición de reacciones.
Lo mismo ocurre cuando se tiene alergia a los gatos. En este caso, un alto porcentaje de la hipersensibilidad a estos animales se origina por su pelo, pero no por el mismo en sí, sino debido a la proteína presente en la saliva que se transmite al cabello cuando el gato se asea. Por ello, los mininos que no tienen pelo reducen los síntomas alérgicos, dado que la saliva únicamente queda en la piel y no se expande del mismo modo que si tuviera pelo.
En definitiva, en caso de alergia, lo más aconsejable es buscar una raza de perro o gato que no tenga pelo o sea muy corto. También es fundamental que su carácter permita bañarlo con cierta frecuencia.
Consejos en caso de alergia a perros o gatos
- Si comienzas a notar algún síntoma, como picor de nariz y ojos, asma, congestión nasal, tos, estornudos, lagrimeo, etc., es conveniente acudir al médico especialista para que valore si realmente se trata de una alergia a las mascotas. De ser así, es probable que te recete un tratamiento para aliviar los efectos e incluso erradicarlos.
- Además de decantarse por aquellos animales más hipoalergénicos, en el supuesto de que nuestro perro o gato no reúna dichas características, es recomendable mantenerlo en una estancia diferente a la que nos encontramos habitualmente. De esta forma evitaremos que los alérgenos se distribuyan por toda la vivienda, ya que de lo contrario se agravaría la alergia.
- Una parte importante de los diagnósticos de alergia a los animales puede desaparecer con el paso de los años. Del mismo modo, una persona que presente ciertas reacciones a una determinada mascota, no significa exactamente que suceda lo mismo con otras. Por ello, si no queremos renunciar a vivir con un animal de compañía, es importante analizar ante qué razas los efectos son más llevaderos o inexistentes.
- Hay que tener en cuenta que cuando un perro es aún cachorro, las alergias son menos frecuentes, pero pueden ir apareciendo a medida que el animal va creciendo y cambiando células de su piel.