Más allá de las mascotas que cuidamos como un miembro más de la familia y con las que vivimos en casa, existen multitud de animales que están en peligro de extinción. Uno de los organismos más importantes que se encarga de realizar esta declaración es la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, asociada a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y compuesta por diferentes estados y otras instituciones. En base a unas escalas de clasificación, se pueden determinar las especies que corren el riesgo de desaparecer, así como actualizar el listado.
Según este organismo, se establece un sistema de catalogación según el peligro que corre cada animal:
- EX hace referencia a extinto.
- EW significa extinto en estado silvestre.
- CR es peligro crítico.
- EN representa en peligro.
- VU expresa que la especie está en un estado vulnerable.
- NT se traduce por casi amenazado.
- LC para aquellos casos de preocupación menor.
Por lo tanto, los símbolos CR, EN y VU albergan las categorías con las especies que se encuentran amenazadas.
Las especies con mayor riesgo en la Península Ibérica
- Lince ibérico. Se trata probablemente del animal en peligro de extinción más conocido, aunque no el único. Se calcula que en la actualidad apenas quedan algo más de 400 ejemplares de esta especie que se asemeja bastante a un gato salvaje. A las noticias que aparecen de forma frecuente sobre la aparición de algunos de ellos muertos, se suma la casi imposibilidad de recuperar su población, ya que el hábitat en el que viven ha sufrido un gran deterioro.
- Oso pardo. Aunque resulte extraño, esta especie ha habitado en España, pero hoy en día tan solo se concentran en la Cornisa Cantábrica y en los Pirineos, sumando en total 300 osos aproximadamente. Este animal tan fascinante, que llega a alcanzar los 2 metros de altura y pesar más de 300 kilos, va desapareciendo poco a poco como consecuencia de la utilización del suelo natural con fines económicos.
- Foca monje. Es una de las especies de focas más particulares y por desgracia, está en vías de extinción. Habitualmente se ha desplazado por el mar Mediterráneo y otras aguas, llegando incluso a Canarias. Según las previsiones, actualmente quedan unas 400 focas monje en las aguas de nuestro país debido sobre todo a la sobrepesca y la contaminación del mar por el plástico.
- Desmán ibérico. Se trata de un pequeño mamífero semiacuático que se parece bastante a un topo y a una rata. Su hábitat se localiza en las zonas montañosas de la península, en mayor medida cerca de los riachuelos o los cauces de los ríos. Dado que estos animales necesitan aguas muy limpias para sobrevivir, hoy en día la contaminación y la sequía están provocando su desaparición, junto con el aumento de especies invasoras.
- Urogallo cantábrico. Es un ave que se mueve sobre todo por la Cordillera Cantábrica, tal como se puede desprender de su nombre. A pesar de ello, también es posible encontrarlo en las zonas montañosas de Asturias y en el norte de Castilla y León. Como consecuencia de la caza furtiva y de la degradación de su entorno natural, se estima que solo quedan 600 ejemplares.
- Quebrantahuesos. Es un buitre especialmente llamativo debido a su tamaño que puede llegar a alcanzar hasta los 3 metros. Los escasos ejemplares que quedan, que se calculan en 100 parejas, se concentran en la Cordillera Cantábrica y en los Pirineos. Estos animales están en peligro de extinción debido a las instalaciones de los tendidos eléctricos y las prácticas poco ortodoxas de algunos cazadores.