Cuando se decide adoptar una mascota, hay que ser consciente de que se trata de un ser que necesita atención y cuidados para su correcto desarrollo y completo bienestar. Además de ofrecerle comida, protección y comodidades, también es fundamental acudir al veterinario con cierta frecuencia para asegurarle un buen estado de salud.
Es obvio que cuando el animal presente ciertos síntomas anormales como signo de una posible enfermedad, es crucial acudir a la clínica veterinaria lo antes posible. Sin embargo, fuera de estos casos, las visitas al médico dependerán de diferentes factores, como pueden ser la edad del animal y sus antecedentes en cuanto a enfermedades, aunque por norma general se recomienda realizar estas rutinas al menos una vez al año.
En cuanto a los tipos de animales que se aconseja llevar al veterinario destacan sobre todo los perros y gatos para que pueda realizar un reconocimiento clínico general y si fuera preciso, un análisis más exhaustivo de su sangre, orina, órganos, etc. En el caso de aves, peces o reptiles no es tan necesario el chequeo repetido por parte de un profesional si no presentan ningún indicio de enfermedad.
Como comentábamos antes, existen algunos signos de las mascotas a los que hay que prestar especial atención, ya que en el caso de aparecer, es importante llevar al animal a la clínica veterinaria de forma urgente. Estos signos pueden ser: cambios en su cuerpo, estado de ánimo decaído, nerviosismo, pupilas dilatadas, agresividad, gemidos, abdomen dilatado, tos, diarreas, vómitos, etc.
¿Cada cuánto tiempo hay que llevar a un perro a la clínica veterinaria?
En el caso de los perros que son una de las mascotas más comunes, también es aconsejable seguir la norma general de acudir al veterinario cada 6 meses cuando el animal goce de un buen estado de salud. En cada visita, el profesional aconsejará sobre cuándo debe ser la próxima consulta.
Sin embargo, este periodo entre un chequeo y otro puede variar según la edad del perro. En el caso de que sea un cachorro, será necesario llevarlo al veterinario con una mayor frecuencia, debido a que durante los primeros meses de vida es preciso poner más vacunas y es probable que presente algunos trastornos fuera de lo común. Lo mismo ocurre cuando el perro es ya mayor y atraviesa por una etapa vital más vulnerable, donde la aparición de enfermedades es bastante frecuente.
Cuando se trate de una perra embarazada también es preciso reducir el tiempo entre visitas. De esta forma es posible controlar que el proceso de gestación es correcto y además, el profesional ofrecerá recomendaciones sobre alimentación y otros cuidados para que el tiempo del embarazo y el post parto sean más llevaderos.
De igual modo, si hemos decidido disfrutar de unas vacaciones acompañados de nuestro perro, a la vuelta es aconsejable pedir cita en el veterinario para que compruebe que el organismo del animal está en orden.
Como ves, las revisiones periódicas de una mascota son un tema importante, ya que gracias a ellas se pueden prevenir multitud de enfermedades y en el caso de padecer alguna, poderla detectar a tiempo. Además, sabiendo cuándo es recomendable llevar al animal a la clínica veterinaria contribuiremos a mejorar su calidad de vida y evitaremos que nos contagie posibles enfermedades que se transmiten por bacterias, parásitos o virus.