Viajar en el coche con nuestra mascota no tiene por qué ser un problema, ya sea un trayecto corto o largo, siempre y cuando se haga según la normativa vigente, lo que redunda en la seguridad del animal y, también, en la nuestra. En muchos casos, merece la pena invertir tiempo y dinero en instalar el mejor sistema de retención, y cumplir con sus indicaciones al pie de la letra aunque ello suponga que nuestra mascota tenga menos libertad de movimiento, ya que en caso de colisión será la única manera de minimizar los riesgos y consecuencias del impacto.
Preparar a la mascota para el viaje
Antes de emprender el viaje, es recomendable someter a nuestra mascota a un chequeo médico que nos garantice que se encuentra en óptimas condiciones para iniciar esta aventura. Si está enfermo, quizá debamos dejar la experiencia para más adelante. Además, debemos revisar que estamos al día con las vacunas y si en el país de destino hay alguna exigencia a este respecto. El servicio de asistencia telefónica del Seguro de Mascotas de MAPFRE puede asesorarte sobre este punto, así como ofrecerte solución a las dudas que te puedan surgir. Por último, no olvides preguntar a tu veterinario cómo prevenir posibles mareos.
Cómo llevar a la mascota en el coche
El tamaño, el número de animales o las necesidades especiales de tu mascota determinarán el sistema de retención elegido. La Dirección General de Tráfico (DGT) recomienda utilizar un sistema de sujeción adecuado, como transportines, jaulas, sistemas de barreras, redes, cinturones de seguridad para perros, etc., pero desaconseja abiertamente llevar al animal en brazos. Además, es conveniente familiarizar al animal con el sistema elegido, por eso se recomienda probarlo unas semanas antes de emprender el viaje.
La Ley del Tráfico tan solo nos indica que no debemos dejar que el animal interfiera en la conducción: “El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencias entre el conductor y cualquiera de ellos”. Así pues, la DGT establece tres medidas a poner en práctica para garantizar la seguridad del trayecto para los animales y el resto de ocupantes del vehículo:
- Arneses: este sistema consigue que la mascota viaje bien sujeta y anula sus posibilidades de movimiento (lo que podría causarte distracciones al volante). Es el más usado en el transporte de perros y gatos. Los hay de uno o dos enganches. Los primeros se conectan al cinturón del vehículo. En caso de impacto, la hebilla se puede romper, provocando que el animal impacte contra el asiento delantero y sufra lesiones graves o incluso mortales. Por este motivo, se recomienda usar los de dos enganches, ya que evitan estos desplazamientos del animal.
- Transportín: se trata del sistema más seguro y perfecto para transportar animales de pequeño o medio tamaño. Los mejores son los modelos que integran células de seguridad, que lo que hacen es absorber los impactos grandes sin comprometer la estructura interna del transportín. La DGT desaconseja llevarlo sujeto con el cinturón de seguridad, ya que en caso de accidente, el sistema puede destrozar los puntos de sujeción del cinturón y tanto el animal como los ocupantes del vehículo pueden llegar a sufrir lesiones muy graves. Lo mejor es llevarlo lo más cerca posible del suelo, a los pies de los asientos traseros. Al tener muy poco espacio y quedar prácticamente encajado, la energía del impacto es absorbida rápidamente, con lo que el animal solo sufrirá lesiones de muy baja intensidad.
- Rejas divisorias: Pensadas para transportar mascotas de gran tamaño en vehículos en los que el maletero y el habitáculo están comunicados internamente. Este sistema permite al animal gozar de libertad de movimiento sin interferir en la zona del conductor. Debe cumplir la normativa DIN 75410-2. Sin embargo, en caso de colisión, la posición que tuviera el animal justo en el momento del golpe es determinante a la hora de valorar la intensidad de las lesiones, llegando a tener consecuencias graves o muy graves. Por eso, la DGT recomienda combinar el transportín con la reja divisoria.